Si alguien o algo te ha destrozado la vida, contempla un rosal y te reconciliarás con ella. No merece la pena sufrir tanto, cuando hay cosas como las rosas, que no te increpan ni zahieren y dicen nada más lo que dice y hace la belleza en estado puro, y que te puede llevar a los momentos hermosos que también han pasado por tu vida, por tus ojos, por tus manos y por tu corazón, las rosas, de distintos colores y matices a la luz de diferentes luces de soles son la vida. No te compliques. Míralas sin más y déjate llevar como si escucharas una música que te gusta, que te llega.
Tienes dos opciones: o morir de pena, si ya no estás muerto, o sobrevivir con los tuyos, que te acompañarán hasta donde haga falta, más que lo que puedan, si es posible. Dirás que es fácil decirlo. La vida a veces es cruel, pero no hay otra. Aprovecha lo que te queda de vida para disfrutarla, porque ahora sabes apreciar como nadie lo que es vivir.