Días pasados se explayaba Joseba Santamaria en Mesa de Redacción sobre los escudos pintados en el frontón de Villava. Lo releí varias veces porque me retrotrajo a cuando fui concejal del Ayuntamiento de Barásoain, donde resido desde 1990. La estampa que cito se desarrolló desde los años 2007 hasta 2011.
Aunque cada edil tenía asignadas funciones, si cualquier ciudadano te paraba en la calle, se le atendía aunque lo expuesto no te concernía. Así estaba establecido. Ya lo pondrías en conocimiento de la persona determinada.
En aquellas fechas, captó mi atención un detalle que no me pasó desapercibido. En la pared faltaba el escudo de la localidad. Como ostentan todos los frontones. Ni corto ni perezoso elaboré un escrito adjuntando un dibujo de cómo quedaría. La idea sugerida se aceptó. En poco tiempo se plasmó para contento de todos los aficionados a la pelota y habitantes. Salvo un detalle que no se me olvida. En la representación, la rotulación la hice en euskera y castellano (aún la conservo). Con el paso de los años ha ido mejorando. Techos, paredes, servicios… En la actualidad se hacen eventos de todo tipo dada la capacidad: conciertos, comidas, festejos, etcétera. Pero no olvidemos de dónde proceden la denominaciones de los términos: Txapardia, Oianzarra, Basaux, Alcozarana… Está clarísimo. Aquí se habló euskera. Que no se olvide. ¿Ulertzen?