Ante los gravísimos problemas climáticos y ecológicos que está viviendo el mundo, no puedo menos que recordar la política forestal que ha practicado Navarra durante siglos y que nos ha proporcionado una Navarra verde. Es un orgullo contar con el Irati, el segundo bosque más importante de Europa tras la Selva Negra, sin olvidar Aralar, Urbasa, Andía… No puede hoy una ardilla recorrer la Península, de árbol en árbol, como se decía, ¿podría ser en Navarra? Aquí el árbol ha sido siempre un elemento casi sagrado, mojón de mugas y cobijo de concejos celebrados “el domingo después de Misa Mayor”. 

Tenemos 47 árboles que son monumentos naturales, como la Encina de Eraul, el Roble de Garaioa o el Nogal de Mélida, entre ellos y leyes forales para su protección. La fiesta de Los Mayos sobre todo en La Sakana y muchos mitos, leyendas y folklore en pueblos sobre el árbol. Es parte de nuestra toponimia con raíces como haritza o pago. ¡Cuántas cosas podría decir sobre nuestros árboles! Tarea de nuestro gobierno, de los ayuntamientos y de cada navarra y navarro, conservar y mejorar lo que nos han regalado nuestros mayores. Estamos a tiempo, puede que mañana sea tarde.