Con motivo del 116 aniversario de la muerte de Sarasate, Civivox nos trajo un mini-ciclo de dos conciertos (jueves 19 y domingo 22 de septiembre) en homenaje al maestro: uno de la mano de Ander Brigido al piano y Viktor Babak al violín, y el otro cortesía del dúo Amadeus (Alexis Hatch al violín y Emin Kiourktchian al piano). Llama la atención que ambos conciertos, en especial el primero, contaban con muy poca presencia de obras de Sarasate en el repertorio.
Por supuesto, Sarasate fue más conocido en su tiempo por su virtuosismo como intérprete, no tanto por su labor compositiva; con el pretexto de ejecutar piezas que el propio violinista interpretaba en sus conciertos, ambas veladas se sintieron más como otra excusa para perpetuar el canon musical del cual forman parte las obras que pudimos escuchar. Y eso es quedarse en la superficie del legado que nos dejó el violinista. De las 10 piezas que constituían el repertorio del primer concierto (Pachelbel, Albinoni, Mozart, etcétera), sólo una era composición de Sarasate; en el segundo concierto había dos piezas suyas programadas, además de una sonata de Brahms y otra de Beethoven.
Sin embargo, estas obras canónicas pueden escucharse (casi sin que nadie pueda evitarlo) en cualquier otro contexto ajeno a Sarasate, por lo que el término homenaje parecía utilizado más bien como reclamo. Es por ello que, dado que de momento es imposible revivir a Sarasate para escucharlo tocar estas piezas y que nos haga él un homenaje a nosotros/as, no hubiera estado de más hacer un esfuerzo por dejar a un lado el canon por una vez en favor de obras tanto del propio Sarasate como de otros compositores navarros (Gaztambide, Araya o Zabalza, por citar algunos).
No se trata de sustituir o eliminar el canon (ni que la música de Beethoven fuese a caer en el olvido por dejar de interpretarlo un par de veces), sino de ampliarlo. Llevamos más de 100 años escuchando lo mismo, y existen piezas de compositores vasco-navarros y del resto del país que poco o nada tienen que envidiar a los más grandes. En cualquier caso, esto no es Twitter y aquí uno no trata de protestar por protestar. En nombre de las personas que asistimos a los conciertos y de las que no pudieron estar presentes, quisiera valorar el trabajo y el esfuerzo de los dos dúos que actuaron, así como de toda persona responsable de organizar los conciertos, y agradecer que sigamos pudiendo disfrutar de música en directo de manera gratuita.