El 26 de diciembre, en un ataque aéreo el Ejército israelí mató a cinco periodistas palestinos. Con ellos van asesinados 130 periodistas palestinos. Esta noticia me ha recordado dos de cosas, la primera es la persecución que sufren los verdaderos periodistas en cualquier parte del mundo: Siria, Ucrania o en la parte ocupada por Marruecos en el Sáhara Occidental... y la segunda que esos brutales asesinatos que ha provocado el Ejército israelí quedarán impunes porque detrás de Israel está EEUU.
Pese a todo, la Corte Penal Internacional ha emitido una orden de arresto contra el presidente israelí, B. Netanyahu. Además, y aunque no se quiera investigar, ya sabemos por todos los indicios: subida de radioactividad, imágenes de la bomba o incluso el efecto sísmico que llegó hasta Turquía, que el bombardeo israelí contra Siria se hizo con una bomba nuclear táctica(B61).
Por otro lado, el cambio de presidente de Estados Unidos no afectará al tema palestino porque Biden y Trump tienen sobre dicho tema la misma forma de pensar. Aunque Trump quiere acabar con la guerra, es evidente que éste también está al servicio de las empresas armamentísticas, ya que además de suministrar armas al Ejército ucraniano, ha pedido a los países occidentales de Europa que aumenten su presupuesto armamentístico.
Por ejemplo el regreso de Trump ha apremiado al Estado español a gastar 10.500 millones más en defensa. Al final, la percepción que tenemos los ciudadanos es que mientras nos llevan a una guerra que no queremos y aumentan los presupuestos de la industria armera, se debilita el presupuesto para pensiones, sanidad, dependencia, educación... Por todo ello creo que ha llegado el momento de plantarse y de exigir estructuras de poder realmente democráticas, ya que la elección cada cuatro años de sujetos que no responden a los intereses de los ciudadanos va en contra del pueblo.