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Al Monumento

Al MonumentoJavier Bergasa

Dicen que no se puede tocar ni un ladrillo del edificio. Dicen que es mejor la resignificación de los Caídos (qué palabreja). ¿Resignificar qué? ¿Un monumento a unos generales golpistas, a una guerra civil, a unos fusilamientos en serie, a unos asesinatos a mansalva, a unas detenciones horribles, y a una represión encubierta? 

Seguramente que los que hablan de resignificación no habrán visto la cara de terror de su madre cuando acudían los requetés y falangistas a detener a su padre y a registrar su domicilio. 

El mantener Los Caídos huele un poco a cobardía, porque no se dice la verdad de lo que occurre en los fondos políticos.

En la avenida de Carlos III existió un edificio conocido como la Casa de las Hiedras que convenía derribar, se le colocaron unas inyecciones especiales y en 10 minutos desapareció. Estas recetas se las podrían administrar también a los Caídos y “muerto el perro…”.

Otra posibilidad es trasladarlo piedra a piedra y colocarlo al lado de su primo, el Seminario, y así se contarían sus experiencias y las de su arquitecto; así como todos los lugares que fueron utilizados por los golpistas, como el Fuerte de Ezcaba, la cárcel, la Ciudadela, los Escolapios, el cuartel de la Merced, y las tapias de cementerios y fosas comunes de toda Navarra.