(Manual práctico de contratación administrativa para alcaldes chapuceros 2ª parte)
Una Mesa de Contratación es un órgano auxiliar del órgano adjudicador cuya misión consiste en seleccionar, de acuerdo con los criterios objetivos reflejados en los pliegos, la mejor oferta en un contrato administrativo.
Son órganos con un marcado carácter técnico que se desprende tanto de sus funciones como de su composición, y sus propuestas, aunque no tienen carácter vinculante, constituyen la motivación fundamental de la adjudicación del contrato. Son órganos, pues, con un papel altamente especializado y cualificado. Ejercen una actividad eminentemente técnica, desprovista de todo significado político.
Según nuestra ley de régimen local, en un ayuntamiento tres personas bastan para una Mesa de Contratación: el alcalde o miembro de la Corporación en quien delegue, como presidente, un técnico especializado en la materia objeto del contrato y el Secretario o un funcionario licenciado en derecho. Esto permite que su composición sea eminentemente técnica a la par que facilita la válida constitución de dichos órganos, sobre todo en pequeñas poblaciones.
Es cierto que la legislación en materia de contratos administrativos (aplicable de forma supletoria a los Ayuntamientos) permite que las mesas de contratación tengan más de tres miembros, pero estos han de ser nombrados entre el personal, en ningún caso entre los concejales.
A pesar de todo lo dicho, todavía hay Ayuntamientos de pequeñas poblaciones que se empeñan en preparar Mesas de Contratación de cinco miembros con tres quintos de concejales.
Esto, además de ser ilegal y recurrible, es tremendamente antiestético, sobre todo en aquellos casos en que los dos concejales “intrusos” y el alcalde, presidente de la mesa, son del mismo grupo, el gobernante. Otros aun disimulan un poco y nombran a algún concejal de la oposición.
Ya se sabe que un concejal en el momento de su toma de posesión, empieza a entender de todo y adquiere, por arte de birlibirloque, facultades, conocimientos y aptitudes que están vedadas al resto de los mortales. Pero incluso sabiéndolo, nos cuesta entender cómo es posible que todavía hoy, en algunos pueblos, la proporción de políticos en las Mesas de Contratación sea incluso hasta de tres quintos, superando al personal técnico.
Queremos pensar que estas cosas no se hacen con mala intención, y que esto no responde a un deseo irreprimible que algunos tienen de figurar o de mangonearlo todo, pero podían ser un poco más recatados, que no se note tanto, ya saben.
Hoy hemos hablado del Pecadico. Quizá otro día, entrada ya la Cuaresma, hablemos de los pecadores. A ver si alguno se arrepiente.