Como ya no nieva, da la impresión de haber perdido un ser querido, porque la nieve llena. La nieve, ese pedazo de cielo que sabemos que está ahí, no nos ha abandonado para siempre. Algo es algo; nos quedamos con la pena de no haberlo sentido, pero al menos sabemos que ella, como alguien querido, cercano, tuyo, está ahí.

El hombre de la basura de las calles, que recoge los vidrios rotos de los borrachitos nocturnos, me ha dicho que ha nevado a a las 8 de la mañana, pero no ha cuajado. Algo es algo; nos quedamos con la pena de haberla sentido, pero al menos sabemos que ella no nos ha abandonado. Nieve.