La RAE, en su inocente candidez, define la burocracia como “Organización regulada por normas que establecen un orden racional para distribuir y gestionar los asuntos que le son propios”.
Hace dos meses contraté fibra para una casa nueva. El cable alcanzaba la mismísima puerta, pero dentro no había “cuadro de telecomunicaciones”. ¿Es obligatorio en una vivienda nueva dejarlo instalado? ¿Desde cuándo? Y, sobre todo, ¿de quién depende?
Una amable telefonista me remitió al Servicio de Vivienda del Gobierno de Navarra. Escribí. Insistí días después. “Eso será competencia municipal”, contraatacaron. Llamé al Ayuntamiento de Tafalla. “Ya, ya, que te lo crees tú… ¡mándanos el e-mail!”. Les envié el correo del Servicio de Vivienda. Sin respuesta. Nueva llamada, y, ¡aleluya!: “tampoco sabían nada”. Les sugerí por teléfono (más llamadas) enviarme un e-mail para hacérselo seguir al Gobierno. Nueva llamadita y… ¡ahí es nada!: “No tenemos tiempo, tenemos mucho trabajo”. Aunque sin notificación escrita, volvió por donde vino, al Gobierno. Y ahí sigue. ¿Hasta cuándo?
Puede que con las vacaciones de agosto, la vuelta de vacaciones en septiembre, el inicio del curso escolar, el puente de Halloween, el acueducto de la Constitución y las vacaciones navideñas, fácil, nos vayamos al 2027. Es la única esperanza, hay que dar tiempo al tiempo.