Recientemente, Sandra Peña, una chica de tan solo 14 años, se quitó la vida después de llevar un año sufriendo bullying, un caso que ha llegado a mucha gente y del que se está hablando ahora mismo en muchos medios de comunicación. Con esto, quiero alzar la voz por todas las personas que alguna vez se han sentido excluidas, reprimidas o agredidas, y dar un mensaje a quienes acosan: lo que para ellos puede ser un simple chiste, para quien lo recibe puede ser un motivo para no querer ir a clase o salir de casa.

Quiero que llegue a los padres, que muchas veces dejan que sus hijos tomen el control sin poner un alto a estas actitudes. La educación y los valores se cultivan en casa, y se debería inculcar la empatía y el respeto hacia los demás. Con todo esto, me gustaría replantearnos si estamos haciendo las cosas bien como personas y decir que no es simplemente una vida la que se ha perdido, son muchas las que se están yendo sin tener que estar enterradas.