Con motivo del Sínodo sobre los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional, el Papa Francisco insistió en la urgencia de que las comunidades cristianas, pastores, consagrados y laicos, vuelvan a una nueva cultura vocacional que facilite el encuentro de la persona con el Señor. Y animó a que la tarea vocacional esté por los verbos salir, ver y llamar.
Salir de la rigideces que hacen que sea menos creíble el anuncio de la alegría del Evangelio, de los esquemas en los que las personas se sienten encasilladas y de un modo de ser Iglesia que a veces resulta anacrónico. También signo de libertad interior respecto a las actividades y preocupaciones habituales, a fin de permitir a los jóvenes ser protagonistas.
Ver. Pasar tiempo con ellos, para escuchar sus historias, sus alegrías y esperanzas, sus tristezas y angustias, compartiéndolas: esta es la vía para inculturar al Evangelio y evangelizar toda cultura, también la juvenil.
Llamar quiere decir hacer preguntas para las que no hay respuestas preconfeccionadas. Es esto, y no la prescripción de normas que se deben respetar, lo que estimula a las personas a ponerse en camino y encontrar la alegría del Evangelio.