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Robe se tendría que morir cada mes o mes y medio

Robe Iniesta, líder de ExtremoduroNTM

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Robe, con su muerte, nos está dando unos emotivos y rabiosos días cuando al encender la radio ya sabemos que antes o después saldrá alguna canción suya o algún fragmento de sus nutritivas entrevistas.

Robe, con su muerte, ha conseguido que todos le abracen como esa flor nacida del barro seco, como ese juglar que ponía voz a la rabia contenida de su generación.

Robe, con su muerte, nos vuelve a recordar que su casa no tiene puertas y que siempre somos bienvenidos a sus canciones y al calor de su palabra.

Robe, con su muerte, cambia el nombre de Palacios de Conciertos y de Avenidas en su pueblo.

Robe, con su muerte, obliga a esos políticos que le despreciaban y le vetaban durante lustros, a emitir, seguramente ayudados por la IA, mensajes de condolencia más o menos creíbles.

Robe, con su muerte, ha dado a luz, ha creado un referente de coherencia, de arte visceral y natural, y nos ha nombrado a todos, a todos nosotros, herederos universales de su vida, música y pensamiento.

Robe, con su muerte, no ha muerto, ha transcendido, sigue vivo. Larga vida.

Y cada mes o mes y medio, todos deberíamos volver a él. Y si para volver a él, se tuviera que volver a morir, estamos tranquilos, ya nos lo dejó cantado: “Morirme solo una vez va a ser poco para mí, el diablo me ha cogido manía”.

Generoso Robe. Gracias Robe por revivir muchas veces. Goian Bego.