pero, ¿qué te pasa Mari Pili, que estás ahí tirada encima de la mesa de la cafetería, hecha un adefesio y llorando como una Magdalena?
-Pues no te lo vas a creer, pero esta mañana se me ha acercado un policía municipal y me ha empezado a decir no sé qué de una pulserita que me vendía por tres euros para comprar desfibriladores para los coches patrulla y yo le he dicho que cómo era eso posible, que a ver si no tenían presupuesto y él que no, que no tienen dinero porque Maya no se lo da y yo que no entendía nada porque cómo va a ser posible que el alcalde de una ciudad tan próspera y moderna como Pamplona no les dé dinero para comprar desfibriladores y le he dicho que todo eso me sonaba a timo barato y que no me tomara por tonta y él ha insistido en que el Ayuntamiento no tiene dinero para nada, que Pamplona ya no es lo que era, y que lo de “Navarra va bien” hace tiempo que se acabó y que estamos en bancarrota y yo le he contestado que los que dicen eso son los de siempre, los bilduetarras batasunos y los perroflautas esos de Podemos que ahora se les echan a los brazos y que no quieren más que hacer desparecer Navarra entre las garras de los vascos y él me ha dicho que no era para tanto y que no hablaba de política, y yo le he dicho que todo lo que nos ataque a los navarrísimos es política y de la mala y entonces él me ha dicho que dejara de gritar en la vía pública y de pegarle con el bolso porque iba a tener que sancionarme y al final es lo que ha hecho el muy descarado, y aquí me tienes con una multa por alteración del orden público y desacato a la autoridad como los piojosos esos que le gritan al alcalde en la procesión de San Fermín. ¿Es o no para llorar?