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El (re)cambio de Baltasar

Lo de la cabalgata de Pamplona de este año ha sido de infarto. Toda la polémica de las semanas previas, el empecinamiento del presidente de la Asociación frente al mundo y contra todo sentido común, la aparición por sorpresa de un Baltasar negro, los nervios de su dromedaria enloquecida que no paró de girar y patalear durante todo el recorrido desde la Magdalena hasta el Ayuntamiento y para terminar el discurso surrealista de este hombre en la plaza Consistorial diciéndoles a todos los niños y niñas que en realidad él no era Baltasar sino un sustituto fichado a última hora por enfermedad del titular. ¡Horror! Pero ¿qué está diciendo? ¿que el cambio es sólo provisional y cuando se cure el otro volverá al cargo? Muy bien la presentadora del acto, la periodista Mila Vidondo, que apostilló después de la desdichada intervención: “Ahí están las palabras del representante de Baltasar, que en definitiva es Baltasar, porque está aquí y es Baltasar”.

Yo no sé si Cisse Mbongo pretendía homenajear a Lizaur o qué quería hacer, pero el caso es que consiguió lo contrario porque todo el mundo pensó que detrás de ese retorcido mensaje estaba la mano negra del ahora ex Baltasar. En fin. Un lío de órdago que esperemos quede en el recuerdo como una desafortunada anécdota que ocurrió el año en el que por fin se consiguió el cambio. Y ya puestos a cambiar, ojalá que también sea este un año de transformaciones dentro de la organización de la Cabalgata en la que, no lo olvidemos, también participan de manera callada y con mucha ilusión, decenas de personas voluntarias y profesionales de primera, que no se merecen estar a las órdenes del presidente que ahora tienen.