¿Saben? Llega un lunes de enero en el que nos recuerdan que un doctor de la Universidad de Cardiff apellidado Arnal utiliza una fórmula matemática para predecir el nivel mundial de tristeza, que precisamente dictamina que hoy es ese día, el temido Blue Monday. Realmente esto es como creer en las témporas, que nunca funcionaron más allá del azar y la obviedad pero que una y otra vez repiten. En el caso de la meteorología popular con el aval de la tradición y en este con el del presunto aval académico. Pero realmente fue algo que se inventó una agencia de publicidad hace 11 años y que he vuelto a recordar repitiendo frases de la columna que escribí precisamente hace un año en la misma circunstancia. Pueden recuperarla en la hemerotecta del periódico... si es que aún recuerdan que algo así como las bibliotecas, hemerotecas o videotecas existieron un día como lugares de conocimiento necesario que evita el andar siempre repitiendo la misma tontería. Lo malo es que vivimos en la era de la sobreinformación (infoxicación solía usarse para describir el fenómeno) y por eso hemos obviado la memoria y la hemeroteca, porque ahí está Sangoogle para cuando hay una duda en la cena de amigos. Algo que los políticos, cuanto más de derechas mejor, saben perfectamente: donde dije digo digo Diego define más los protocolos de la sociedad actual que cualquier otra cosa. En general perdonamos estas reiteraciones de las tonterías de la misma forma que podemos ver el mismo telediario durante una semana y apenas ha cambiado nada. Los lunes es un poco diferente, y lo triste es que los odiamos más porque nos devuelven a la rutina de los días de labor que porque sean lunes, estén en enero o aparezca esta columna en el Diario de Noticias. Como cantaban The Boomtown Rats: I want to shut the whole day down. Que queda muy PAI y tal.