esta semana Pamplona será una ciudad estrellada, esta vez del todo... (perdonen el chiste pero venía que ni pintado, aunque apocalíptico como los anuncios de la oposición del último año). La cosa es que varios cientos de amantes de la astronomía, apasionados del cielo, locos y cuerdas por las estrellas, nos juntamos el fin de semana para celebrar un congreso estatal de astronomía de larga tradición, pero sobre todo de grandes expectativas. Desde hace muchos años, en Navarra más de un cuarto de siglo, esa pasión que algunas personas tienen por apuntar hacia arriba un canuto y mirar con detalle los objetos del firmamento, ha permitido contar con agrupaciones, montar un observatorio en Guirguillano o, en el caso del Planetario, conseguir que toda una generación de chavales haya vivido cómo leer el cielo y cómo disfrutar con el conocimiento. No son los únicos: los medios de comunicación traen, día sí y día también, descubrimientos que no tienen nada que ver con lo que pasa por aquí abajo: el otro día se encontraba un robot que se perdió hace casi dos años en la superficie de un cometa; un poco antes se había detectado un planeta posiblemente similar a la Tierra en tamaño y quizá hasta habitable que orbita en torno a la estrella más cercana al Sol, Próxima Centauri; hace tres días que ha comenzado su viaje una misión estadounidense que llegará hasta un asteroide y tras pasar varios años estudiándolo recogerá unas muestras y las traerá de vuelva a la Tierra, en un viaje de ida y vuelta que será el primero de muchos otros.
Aparte de esto, gracias a la cuidadosa observación de miles y miles de entusiastas cada noche, tenemos más datos sobre cometas y planetas menores, sobre los meteoros, las explosiones de estrellas, la propia evolución del Universo y, mirando a lo que pasa aquí abajo, la constatación y medida de cómo ensuciamos la noche con una luz derrochada que solo beneficia a quien cobra el recibo. La colaboración entre los profesionales de la astronomía en los institutos, universidades y observatorios y los amateurs proporciona, por si fuera poco, nuevo conocimiento y un ejército de estudio inusitado en otras ciencias. Y todo eso lo tenemos aquí, esta semana en Pamplona. Por si no lo sabían.