Síguenos en redes sociales:

Abuelas

oficialmente se llamaba J2, pero todo el mundo en las isla de San Juan, entre Vancouver y Seattle, la llamaba Granny. Era la abuela de las orcas y murió hace unas semanas a una edad que superaba el siglo. Había sabido de ella gracias a un documental de la BBC en el que un equipo de biólogos contaba cómo habían estudiado a lo largo de años los grupos familiares de estos cetáceos. Las orcas, los calderones tropicales y los humanos son las únicas tres especies de mamíferos en los que las hembras tienen menopausia. Y la razón evolutiva puede estar en el papel que las abuelas tienen para el conjunto de la especie a través del cuidado de la familia, asegurando la guía y la cohesión del grupo y ayudando a las hembras jóvenes compartiendo su experiencia. Además pueden ocuparse de los machos a todas las edades, algo que es posible al no suponer ya una competencia sexual de las hembras fértiles. La naturaleza es así, y no deja de ser curioso que la menopausia haya sido una estrategia evolutiva para favorecer que una sociedad mamífera pueda ser más compleja, más versátil, más eficiente a la hora de salir adelante en un mundo hostil. Incluso aunque la hembra haya dejado de producir descendencia a las 40 y viva hasta más allá de los 100.

Es difícil no intentar entender que a veces las cosas humanas tienen también un fuerte aporte biológico. Pero que para entenderlas debemos contar también con el no menos poderoso aporte cultural. Ahora estamos viviendo una mayor esperanza de vida de los humanos, proporcionada por una serie de avances que han reducido la mortalidad infantil y mejorado las expectativas posteriores. Durante muchos años, las mujeres ya no fértiles son sin embargo necesarias en los grupos. Podríamos decir, en el caso humano, que las mujeres y que también los hombres lo son, porque ese papel puede también ser desempeñado por ellos. Sin embargo, la visión horrenda de los neoliberales quiere pintar a esos pensionistas como desagradecidos que sólo quieren dilapidar el dinero del Estado con su manía de querer vivir más tiempo. Es curioso, las orcas asesinas resultan más humanitarias que nuestros gobiernos.