el Grupo Municipal de UPN en el Ayuntamiento de Pamplona se aburre. Sólo así se entiende que estén un día sí y otro también retorciendo las cosas y sacándolas de quicio para intentar generar polémicas. Ahora la han tomado con el nombre de la Txantrea. Expertos en toponimia, como el filólogo Mikel Belasko, basándose en datos históricos documentados y criterios científicos, explican que Txantrea no es un nombre francés sino un préstamo lingüístico. El 29 de septiembre de l206 se instauró en la Catedral de Pamplona la dignidad de la Chantría, encargada de la música del templo y que venía a sustituir a la antigua “cantoria”. Tanto el castellano como el euskera tomaron la palabra francesa chanteur, denominación original del cargo, y la adoptaron adaptándola fonéticamente, cada cual según sus normas de pronunciación. Así, el castellano creó la palabra Chantre en referencia a la persona y Chantría para designar el cargo, y el euskera creó Txantre a la que se le añade -a, el equivalente al artículo en castellano. Estos terrenos, antes conocidos como Urrutia y Kaskalleta, pasaron a llamarse Txantrea porque allí tenía sus viñas el Chantre.
Por lo tanto, Chantrea (terminado en -a) no existe. Respetando la grafía correcta, Txantrea es la única forma posible. De hecho, este es el nombre oficial del barrio según el Decreto Foral 212/1992, que regula la Toponimia Menor de Navarra. Pero todos estos argumentos defendidos por vecinas y vecinos para solicitar que se ratifique la forma Txantrea como única denominación oficial se los pasa el antiguo alcalde por el puente de la Magdalena y zanja la cuestión diciendo que “es otra cacicada identitaria más del alcalde Joseba Asiron” que, “donde puede, planta una ‘tx’”. ¡Vaya nivel, Maribel!