Leones con leones
Ni peras con manzanas que dijo aquella primera dama ni compañerismo de colegas, resulta que el otro día se convirtió en noticia que hay leones maricones (con perdón). No era un descubrimiento nuevo, por supuesto, porque estas conductas están descritas hace años, también las de relaciones lésbicas en esa especie, en cautividad. Pero las fotos de los dos leones, con toda su melena, montándoselo en Kenia eran preciosas. Al fin y al cabo, todas las culturas colocaron al león en la cima de su iconografía para describir el vigor, el poder, la jerarquía... ¿qué estaba pasando? La explicación más evidente es probablemente la verdadera: que la homosexualidad es habitual en muchas especies y que no hace sino mostrar la plasticidad de las conductas sexuales. Algo “natural” aunque les pese a los retrógrados que han hecho negocio de vender el sexo como pecado. La cosa es que en Kenia hay gente enferma por una cultura machista y autoritaria, de manera que con motivo de las fotos el censor (que haya un organismo censor dice mucho de ese gobierno), llamado Ezekial Mutua, concluyó que los leones gais debían haber sido endemoniados, imitando la conducta de tanto turista gay que va a verlos a las reservas de su país. Y añadía que eso sería el fin de los leones porque evidentemente ese sexo demoniaco no produce descendencia. Criatura... me recordaba a aquellos cristianos que afirmaban que la legalización del matrimonio homosexual (igualitario, digamos) iba a devaluar el matrimonio fetén de toda la vida y provocar el caos y la implosión del Universo entero. Imagino que esas gentes sufren mucho cuando ven un rebaño de ovejas, donde siempre hay unas cuantas parejas lesbianas de toda la vida. Que tiemblan ante un par de pingüinos ante la sospecha de que sean del mismo sexo. Ya ni se atreven a ver los documentales de naturaleza.