Esta semana, en más de 300 ciudades de 21 países diferentes habrá científicas y científicos hablando de ciencia en los bares a un público muy amplio y variado. Como saben, me dedico a montar cada mes un sarao de estos de llevar la ciencia al bar: entiéndalo como un compromiso por hablar como se debe hablar en un sitio así, de igual a igual con quien estás de manera relajada, argumentando y presentando la información de manera que no solamente sea convincente sino que llegue a interesar a quien, de otra forma, agarra la puerta y se va a otro bar. A lo largo de los años hemos encontrado un público muy variado, con gente a quien la ciencia no le aburre, ni le asusta. Y que además le suscita curiosidad u opiniones. Ahora, entre hoy lunes y el miércoles, conseguimos que sean más personas de diferentes ámbitos de la investigación científica las que ocupen tres bares de Pamplona (Chester, Bahía y Zentral) con investigaciones y reflexiones sobre cómo la ciencia cambia el mundo mucho más de lo que parece posible con el poco dinero que se invierte en ella y el poco interés que suscita. Contamos con la cooperación necesaria del Club de Amigos de la Ciencia, del Planetario, de Navarra Biomed, de la Universidad de Navarra y de la UPNA, pero sobre todo con un montón de personas que quieren tomar algo escuchando hablar de ciencia y tecnología.

Sólo por esto podría decirse que esta es la semana que más me gusta del año, pero vengo del Roncal, de andar unos días hablando de astronomía y mirando al cielo entre nubes y lluvia y nieve para encontrarnos con la grandeza de un Universo que se ve en esos olvidados valles pirenaicos como en pocos sitios. Y como he estado con gente que ama la ciencia y con la que puedes irte al bar a celebrarlo, lo cierto es que va a ser el mes lleno de placer y de ciencia. Qué más puedo pedir.