Hay una asociación ultrarreligiosa que se dedica a denunciar a gente con el argumento de que algo que han dicho o hecho ofende a sus sentimientos. El año pasado denunciaron a una drag queen que salió en carnavales haciendo una performance con una cruz. Y luego han denunciado a Willy Toledo por cagarse en Dios en voz alta. Yo creo que con Willy Toledo se han equivocado mazo. Con la drag queen también, claro: aquello se archivó enseguida (como no podía ser de otra manera). Pero la drag es un modelo de discreción al lado de Willy Toledo. A Willy, con estas cosas, le ayudan a construir el personaje, no se dan cuenta. El tío está encantado con este rollo. Además, a la gente sensata (cristianos o no), no nos queda otro remedio que ponernos de su lado. ¿Qué vamos a hacer? ¿Meter a alguien en el calabozo por cagarse en Dios? Pero, ¿a quién se le ocurre? Si de verdad les molesta tanto que Willy Toledo se cague en Dios, denunciarlo es contraproducente. Lo único que van a conseguir es que lo haga por quintuplicado. Y encima, con ruido y aplausos. Le han dado un leitmotiv. Y eso no es ninguna tontería. Porque, ¿qué más quiere un humilde ser humano que tener un buen leitmotiv en esta vida? Si habéis conseguido un leitmotiv no lo soltéis nunca, queridos amigos y vecinos, amables desconocidos, gentes diversas que vagáis en la noche: ese es el consejo que os doy en las postrimerías del verano. Pero volviendo al tema: vale, Willy se ha cagado en Dios. Está muy feo. Pero ¿quién no se ha cagado en Dios alguna vez? Todos nos hemos cagado en Dios alguna vez. Yo diría que, en determinadas circunstancias, cagarse en Dios tiene que ser hasta bueno. De hecho, hay un estudio que dice que las personas más inteligentes se cagan más en Dios. Al fin y al cabo, es un cagarse alegórico, no es real. Es como cagarse en el cero absoluto, ¿no? ¿De verdad te pueden llevar a juicio por eso? Uf, cómo se está poniendo la cosa.