He pensado en lo que decía Jorge Nagore el otro día. Me refiero a que Albert Rivera haya avisado de que su partido tiene intención de organizar una movida en Alsasua. ¡Qué amable! Nagore hablaba de responder con humor a la provocación. Que sepas, querido colega y no obstante amigo, que la tuya me parece una idea brillante, digna de cualquiera de nosotros dos. Porque, como bien decía Leucipo de Mileto ya en el siglo V antes de Cristo: “Nada mejor que responder con humor a quien se acerca con arrogancia.” El señor Albert Rivera necesita humor, eso está claro. Yo diría que lo está pidiendo a gritos. ¿Por que no ayudarle pudiendo hacerlo? De hecho, ¿quién no necesita humor? Todos lo necesitamos. Y el señor Rivera más que nadie, me temo. Está tenso. Puede que su asesor de imagen sea un genio, yo ahí no me meto: intentar modelar un busto presidenciable en menos de un año no tiene que ser fácil. Pero se le ve demasiado envarado. Le vendría bien relajarse un poco. El 4 de noviembre podría ser el Día para ayudar a relajarse a Albert Rivera. Cuando Pablo Casado vino en sanfermines se paseó por la calle y se montó un vídeo. Yo que soy rebelde porque el mundo me ha hecho así, sospeché entonces (y aún no he logrado librarme de esa suspicacia insidiosa) que venía buscando un incidente más o menos aparatoso. Como bien sabemos, basta con muy poca cosa para conseguir una superfoto y luego repetirla cien mil veces. Por fortuna, no ocurrió nada. Alguien le gritó algo al pasar: lo mínimo. Pensé: de la que nos hemos librado. Por eso, ya que avisa, es mejor estar preparados. Porque la manifestación (o lo que sea) se permitirá. Yo no sé quién será el encargado de permitirla pero aún y todo me atrevo a vaticinarlo. Nagore, estoy contigo: una performance naïf con globos. Yo, además, pondría altavoces con la canción de Bienvenido, Mister Marshall. Siempre me ha encantado esa peli. ¿A ti no?
- Multimedia
- Servicios
- Participación
