Ya están visibles al público las 7 ideas arquitectónicas sobre qué hacer con los Caídos y su entorno, una de ellas derribando el edificio y dejando una plaza y seis dejando todo el conjunto o parte y reutilizando lo existente. Yo tengo otra idea. Derribar el edificio y construir en lo que ahora es la plaza, estanque, edificio y zona ajardinada trasera un pabellón con una pista cubierta de atletismo de 200 metros de cuerda. Cabe perfectamente, puesto que incluso respetando las zonas en las que hoy día se permite el tráfico lateral en la plaza de la Libertad la anchura es de casi 90 metros y el fondo hasta la calle Aoiz de unos 160. Si se eliminase ese tráfico de la plaza actual, además, se ganaría todo ese espacio y el edificio tendría más aire. Una pista cubierta de atletismo como la de Antequera, en la que se ha celebrado hace poco el Campeonato de España, ocupa 11.700 m2 construidos -con 2.000 personas de público y más instalaciones interiores-, cuando plaza, edificio y jardines de los Caídos ocupan más de 16.000 m2 ahora mismo, que son 20.000 si se eliminan las zonas de paso de coches en plaza de la Libertad. Y sitúas en mitad de la ciudad una infraestructura deportiva necesaria, pegada a la pista al aire libre de Larrabide y al Centro de Estudios, Investigación y Medicina del Deporte, en un barrio envejecido hasta las baldosas, al que no sé por qué le tiene que venir bien un museo -otro- y no un foco de atracción de deporte y de gente joven. Porque esa es otra, la obsesión por meter ahí solo y exclusivamente temas o memorialísticos o culturales, museos y cosas de estas que visten mucho pero que luego no visita ni el tato o cuando menos muchísima menos gente de la inicialmente prevista. ¿No hacer nada que tenga que ver con la memoria, etc? Se puede hacer perfectamente sin necesidad de que fagocite nada. Es solo una idea más, ahora que todos somos urbanistas.