Leí hace unos días que una vez invitaron a una fiesta a un escritor medianamente exitoso, que, sin grandes lujos, se ganaba la vida gracias a la venta de sus libros y a dos o tres apaños que le iban saliendo por ahí. En un momento dado, uno de los invitados le señaló a otro y le dijo: “¿Ves aquel de allá? Es el famoso Thornstein. Ése gana en una semana lo que tú en toda tu vida”. Y que el escritor dijo: Sí, pero yo tengo algo que él no tiene. “¿El qué?”, preguntó su interlocutor. Y el escritor respondió: Suficiente. Yo no sé ustedes, porque aquí cada cual somos no ya un mundo sino una galaxia entera y lo que a unos nos parece poco a otros mucho y hay quien puede pegarse la vida hablando de lo mismo y otros en cambio cuando creen que han hecho tope con algo lo dejan y por salud mental se entretienen con otra cosa. En mi caso, tengo suficiente con todo lo que he escrito a lo largo de estos últimos 14 años acerca del PSN. No puedo más, no es necesario, no tiene sentido seguir insistiendo en que votar al PSN es jugar a la ruleta rusa -quizá por eso les votan, entendería a sus votantes aunque fuera solo por eso, esa emoción de si vas a gobernar gracias a la extrema derecha, porque Rivera es extrema derecha al menos en lo económico, o gracias a partidos que están mucho más cerca de los ideales con los que se fundó el PSOE hace un carro de años-. Como tengo suficiente, esta vez será la última que ponga nada de ellos hasta que se sepa con total certeza qué hacen o dejan de hacer con los votos de sus ciudadanos aquí en Navarra, si hacer lo que prometieron que iban a hacer o envainársela de nuevo como toda la vida de Dios. Y si se la envainan, si cogen las maletas y pasan a la vida civil como los seres humanos con dignidad o siguen tragando sapos. O si todo fue un paripé orquestado de antemano y que Madrid quede de malo. Me da igual. Tengo suficiente. Para varias vidas.