levo 35 años cruzándome con los Calleja, fotógrafos de Diario de Navarra, gemelos, y por vez primera, ahora que leo que Pachi ha fallecido, le voy a reconocer a Carlos que nunca quise saber bien cuál era cuál, aunque él llevase bigote y tú no. Para mí sois Los Calleja, los hijos del mítico Carlos Calleja, los compañeros de trabajo de mi tío Jorge, los hermanos simpáticos y buena gente hasta hartar, parte de esa secta que conforman los fotógrafos de prensa y que viene desde Gómez, Mena, Zubieta y Retegi, Galle, pasa por el mencionado Nagore, Sesma, Lakunza, Chema Pérez, Otero, Bergasa, Ventura, Cascante, López, Benítez, Barrientos, Azanza, Úriz, Jagoba, Diges, Abadía, Porto, Beroiz, Goñi, Buxens, Saiz, Ochoa de Olza, Rodrigo, Cordovilla, etc, etc y llega hasta la generación actual. Los Calleja: esa pareja de hermanos gemelos medio rubios, con sus chalecos de fotógrafo, su sonrisa levemente tímida y su saludo amable constante, habitantes de ese cosmos tan particular que es el Casco Antiguo de Pamplona, de la Navarrería, un cosmos del que formé parte durante 10 años y en cuyo transcurso cruzarse con un Calleja o con ambos en una misma mañana y luego de nuevo a la tarde era tan natural como cruzarse la Plaza del Castillo: sois la ciudad, Carlos, sois para muchos parte básica de ella, la parte buena y agradable de esta ciudad tantas veces áspera, gris, enfrentada y cabrona. Difícil será encontrar a uno solo de nosotros que cuando tiene vuestra imagen en la cabeza no se le viene a la vez la expresión qué tíos más majos. Vamos a echar de menos sus vaciladas en Facebook, que nos felicitéis el cumpleaños diciendo uno una cosa y el otro la otra, vuestras bromas constantes y su presencia, en su ciudad, en tu ciudad, aún tan joven. Te mando un abrazo enorme desde la otra punta de esta capital, el que te mandan miles de personas que quisimos a tu hermano y te queremos a ti.