omentó ayer la concejal de Sanidad del Ayuntamiento de Tudela, Erika Navarro, que la medida del ayuntamiento de cerrar 15 días los parques infantiles es "una medida de coherencia que responde a lo que se nos está indicando en la línea de trabajo de mantener grupos burbuja en los centros; es lógico que el Ayuntamiento aplique la misma medida en zonas similares como las pistas al aire libre". Esto es: como en los coles están cerrados los parques infantiles ya que cada aula es un bloque impermeable y abrirlos es inviable, los cerramos también fuera: niños que apenas tienen espacio en el colegio (los patios se están dividiendo y casi no tienen hueco en según qué sitios ni para correr) tampoco se lo facilitamos fuera. ¿Y por qué solo 15 días? La coherencia sería todo el año, ya que en los colegios así va a ser, ¿no? Al mismo tiempo, comentó que esta decisión se ha visto reforzada tras constatar que algunos padres que tienen niños en régimen de confinamiento no los llevan al centro, pero sí a las zonas de juego. Vamos, volvemos al sistema que se está aplicando en bastantes ámbitos: a causa de unos cuantos jetas castiguemos a totalidad de la población, en este caso a la infantil más pequeña, que, recordemos, está siendo confinada cada vez que un compañero o compañera da positivo en todo el tramo que va de los 3 a los 11 años. No sé, no parece muy normal. Los parques se abrieron en junio y los niños y niñas se lanzaron en masa a ellos y los rebrotes no han venido de ahí, han venido de ocio y familia y han venido de arriba a abajo o cuando menos de las edades medias hacía abajo y hacia arriba, pero los más castigados son mayores -autoconfinados en casas o en residencias con muchas limitaciones- y los más peques, a los que les vamos chapando lo poco que les queda y que son lo que tienen la definición más restrictiva de contacto directo de entre todas las edades.