A principios de los 2000 podías ser universitario y hacerte trendsetter. Consistía en caminar por las calles de Londres, Barcelona, Ciudad del Cabo, Berlín o Tokyo con los ojos bien abiertos y la intuición y el olfato despiertos como lobos hambrientos. Detectar con tu radar un modo inusual o alejado de lo común de meterse la camisa en el pantalón o dejarla fuera, de cruzarse el bolso, combinar calcetines con sandalias de tacón o cualquier otro factor que hiciese de la aleatoriedad de cubrir el cuerpo desnudo un gesto de diferenciación. De personalidad, incluso. Enviabas el oro líquido de tus percepciones a editoras de moda, diseñadores de grandes firmas y blogueras pre-Instagram y gracias a tu mirada y a tu descodificación de un gesto meses después lo veíamos replicado hasta el infinito en publicaciones de moda, desfiles y finalmente, Zara. A principios de los 2020 puedes ser universitario y hacerte rastreador. Si todavía no has concluido tus años de Medicina pero ves cerca el final de ese camino y se sabe que en ti ya hay conocimiento y capacidad suficientes, entrega e intuición, quizá vayan a buscarte a la salida de la facultad. Y entonces podrás detectar con tu radar científico y tecnológico a todas aquellas personas que hayan compartido este verano mesa de terraza, banco de txoko familiar y espacio de nave industrial con un positivo en covid-19. Podrás localizarlas y testar y valorar su estado para controlar la situación según los protocolos. Tu labor será fundamental a la hora de acotar variables como las vías y velocidad de propagación de esta cepa del virus y reducir el tamaño de su imperio. Armani también lo ha dicho, son tiempos de ir a lo esencial. Y de responder a la gran pregunta, si después de la fusión de Bankia y Caixabank la vajilla de regalo tendrá o no cubiertos repetidos. En El Mundo Today lo saben. Aunque la cosa esté densa, habrá que abrir hueco para reírnos. Que también es esencial.