hay maneras y maneras de acercarse a la vejez y de vivirla. En esto pensaba el otro día a propósito de la pasarela del Labrit, cuya estructura presenta hoy una corrosión generalizada. Un puente inservible que sólo nueve años después de su inauguración ha tenido que ser desmontado y que ya para su quinto cumpleaños hubo de cerrarse. Eso sí que es llegar a viejo rápido?

Por el contrario están aquellos de los que decimos que los años no pasan por ellos o que en su madurez encuentran la ilusión suficiente para, por ejemplo, llenar estadios. Década y media sin saber de La Polla Records y esta semana ha vendido en dos horas todas las entradas del BEC de Barakaldo para su concierto de octubre. Anunciaron otra función y la mayoría de los 18.000 pases desaparecieron con igual rapidez.

Claro que frente a los muchos ancianos que van perdiendo las fuerzas por el camino, están aquellos que las conservan hasta lograr heroicidades como Francisco, el vecino de Burguete de 89 años que, con una movilidad reducida y un brazo fracturado, logró sobrevivir una noche a la intemperie -a tres grados bajo cero- tras perderse en las afueras del pueblo. La información facilitada asegura que consiguió recuperarse pese a presentar síntomas de hipotermia severa. No tengo palabras para tanta fortaleza.