Casi 28 años de una ley controvertida y media docena de intentos fallidos de cambiarla. Unos se atascaron subiendo al Himalaya. Otros se tropezaron en el típico baile de la yenka socialista. Y alguno también se malogró en el “todo o nada” de la ruleta vasca. Pero una tarde de trámite en el Parlamento, va la socialista Carmen Ochoa -la tercera portavoz en esta comisión después de que ni Pedro Rascón ni Mª Victoria Arraiza pudieran acudir- y la lía. Nunca se sabrá si fue algo pensado por algún geoestratega para competir con Podemos o surgió desde la naturalidad de alguien que desde un pueblo de la zona no vascófona con DO de tempranillo como Olite dijo, con toda normalidad, que era lógico que si hay demanda, los niños y niñas de esta parte de Navarra también puedan estudiar en euskera en la pública. Las palabras fueron pescadas por los especialistista en urdir leyes posibilistas en este río revuelto; le supusieron una notable reprimenda, ya sin luz ni taquígrafos, desde la derecha; y dejaron un tanto ojoplático al sector vasquista, que reaccionó rápido y bien ya que, por activa o por pasiva, va a aprovechar esta nueva oportunidad en beneficio de toda la ciudadania. Casi sin comerlo ni beberlo -y siempre que no se cumpla el maleficio de la ley- en breve puede darse un cambio en la legislación incompleto (no se modifica el tema de la Administración ni se habla de cooficialidad), pero necesario. Vamos, que casi en los minutos de descuento de la legislatura, con el Gobierno despejando balones por todas las bandas, va y la oposición le puede colar el gol de la temporada por la escuadra regionalista para regocijo de la mayoría de la afición que ve con más normalidad y sin obsesiones este debate. Siempre queda la duda de si la jugada socialista no esconde una segunda intención de achicar espacios a las ikastolas, pero el resultado neto es positivo. Además, nadie tiene miedo a la competencia si hay libertad de elección e igualdad de oportunidades. Y es que el euskera suma. El histórico Oinez de mañana -quizá el último en zona “no vascófona”- es una buena prueba. Zangozan bihar elkar ikusiko dugu?