En ocasiones veo consejeros, directores generales y jefes de gabinete deambulando por las calles. Con cajas y quejas. Dando los últimos coletazos al estilo de la yenka de la paga extra de los funcionarios en un extraño impasse intergobiernos al que aún va a añadir más desconcierto y surrealismo el torbellino sanferminero. Por un lado, un gobierno en funciones que no funciona o se dedica más a los planes de recolocación y a dejar todo atado y bien atado con decretos o decisiones en el tiempo de descuento, temas estratégicos en educación (conciertos), vivienda (Salesianos...), obras públicas.... El portal de contrataciones lleva un mes y pico que echa humo... Y por otro, un nuevo ejecutivo in pectore que no acaba de cerrar su acuerdo cuatripartito ni poner cara a sus puestos, aunque salen en todas las fotos y concentran todas las miradas y peticiones de los distintos sectores. Y para añadir más salsa, Yolanda Barcina confirma que no sólo dejará de ser presidenta de Navarra (obvio), sino que también abandonará el barco de UPN. O su timón, al menos. Se abre la lógica crisis y debate en las filas regionalistas donde dos aspirantes sacan la cabeza: un alcalde interruptus y un buen portero de fútbol. Cada uno con una parte de la afición navarrista que no acaba de asimilar que son un partido de segunda por primera vez en décadas. Esto del descenso es duro. Que se lo digan si no a Osasuna. Esperemos que el equipo del cambio no apure hasta el último minuto del tiempo reglamentario para presentar su alineación. ¡Qué angustia en Sabadell! El brazalete de capitana está claro, pero parece que hay algún problemilla de plazos por la banda izquierda. Más allá de los jugadores, lo importante es el esquema de juego. Y en eso andan buru belarri. Y como suele pasar, se nos han echado los Sanfermines encima. Entramos en la semana del estrés. Antes del día 6 hay que hacer mil cosas: sacar la ropa blanca, cerrar un informe, apuntarse a un curso de verano, regar las plantas, pasar la ITV, ir al dentista, hacer un Gobierno... Si es que estos días se junta todo, ¿verdad? Bueno, ya falta menos.
