Hay gobiernos de derechas y gobiernos de derechos. Todavía es pronto para poner una nota al Ejecutivo entrante, más allá de hablar en términos musicales, pero está claro que salimos de décadas de gobiernos de derechas y que los síntomas del nuevo equipo apuntan hacia el segundo tipo. Aunque haya habido alguna disonancia, la melodía (derecho a abortar en la red pública, la vivienda como derecho, no como negocio...) suena bien. Cuando se reconocen derechos, la Administración adquiere el compromiso de cumplir las obligaciones que eso genera en forma de servicios públicos, los únicos que garantizan la equidad y el acceso universal. Y es que los cambios pueden ser de notas (talantes, formas...) o de partituras. Los primeros compases de esta nueva orquesta han servido para corregir estridencias y recuperar la normalidad en varios ámbitos: que se pueda ver la ETB al igual que tele Aragón; que Navarra comparta intereses con otras regiones europeas... Cuestiones sencillas que la errática e histriónica oposición de UPN y la derecha han contribuido, paradójicamente, a poner en valor y a amplificar, además de intentar colar alguna crítica de fondo un tanto oportunista, ya que tan artificial es culpar al Gobierno de la subida del paro en verano, como que éste se apuntara el tanto de que Osasuna fuera líder. Un poco de seriedad. El cuatripartito ha hecho cosas bien y cosas mal. Y no ha hecho otras que debería haber hecho o ha dicho. En su descargo hay que saber que le ha pasado lo que le sucede a cualquiera que se hace con una casa de segunda mano. Uno piensa que ya ha logrado lo más difícil (echar al inquilino...) y que con pintar y retejar se puede entrar a vivir, pero resulta que al final la reforma cuesta más que la compra porque hay que cambiar los cimientos. Y en esas andan. Quizá haya que ser más generosos en las formas (esperar a los 1.450 días, no 100) y exigentes en el fondo para medir al final de la legislatura si ha sido un gobierno de cambio o un cambio de gobierno. Ahi sí que se juega, ante su público, el aprobado y la posibilidad de repetir curso; los bises, vamos.
- Multimedia
- Servicios
- Participación
