No voy a hablar del PSOE. ¿Se acuerdan de los aguerridos soldados espartanos que lucharon con el rey Leónidas hasta la muerte en el desfiladero de las Termópilas en la guerra contra los miles de esclavos del dios-rey persa? La gran película épica 300 refleja de manera espectacular la historia de aquel ejército de un puñado hombres que sacrificaron su vida cumpliendo las leyes de su patria: volver a casa con el escudo o sobre él. Para el año 700 antes de Cristo, el rey Licurgo ya había establecido las bases de la democracia en Esparta: la subordinación de todos los intereses privados al bien público. Todos los hombres serían iguales (se dice que fue el primer comunismo igualitario) y su vida estaría regida al servicio del Estado. Con sólo siete años los niños dejaban de estar con sus padres para comenzar su instrucción como soldados. También las mujeres recibirían instrucción, aunque no combatiesen. Los niños pasaban la dura prueba de pasar una noche al raso al poco de nacer. No es por reivindicar la disciplina castrense y aquel modelo precomunista, pero de veras que tenemos una clase política que necesita pasar la noche al raso. El alcalde de Dos Hermanas (Sevilla) ya anunciaba hace unos días “el golpe encubierto dirigido desde Andalucía”, más concretamente por Susana Díaz, contra su secretario general. Éstas son nuestras grandes hazañas políticas. No hay ningún interés por propiciar un gobierno alternativo y sí por preservar el politburó y los resortes de poder. Con una carrera meteórica de la mano de Griñán, imputado por el caso de los ERE, en la comunidad con más paro del Estado -gobernada por el PSOE gracias al apoyo de Ciudadanos- resulta desconcertante que la mayor rival política de Díaz sea de Podemos. “Señora presidenta, cuando tenga su edad volveré a ser profesora de Educación Secundaria. ¿Usted tiene algún sitio al que volver?”, le lanzaba Teresa Rodríguez a la presidenta de Andalucía que, a su vez, le devolvía el dardo envenenado recordándole a Teresa que más que profesora ha sido delegada sindical. Cargos, prebendas y luchas de poder... En Burlada, el grupo socialista se ha abstenido (sólo ellos) en el homenaje a Francisco Alonso, abatido por disparos de la Guardia Civil en 1976 esgrimiendo que no estaba de acuerdo con la colocación de una placa. Ya les digo, una noche a la intemperie y lanzarles un gigantesco lobo con una lanza de madera en mitad de una tormenta de nieve.
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