A las personas que trabajan calladamente por una causa durante toda su vida no les suele gustar ser protagonistas de nada. Por eso seguro que a Raymond Villalba le sorprenderá que se hable de él en lugar de la asociación Tierras de Memoria y de Lucha o del campo de Gurs. Pero es que Raymond, de 70 años, tiene una historia propia que merece ser contada. Una historia en la que se une el pasado y el futuro; las lágrimas y las alegrías; lo local y lo universal, el dolor y el amor. Aunque nacido en Francia, su origen es asturiano. Y eso no es un tema baladí ya que su abuela fue encarcelada en 1934 por colaborar con la Revolución de Asturias. De ahí le venía a su madre, Carmiña, la implicación con la República. La trayectoria de su padre Luis -criado en Durango, militante socialista y soldado en el frente del Norte y en Catalunya- era socialmente diferente aunque tenía en común un compromiso con las ideas de izquierdas, lo que al final de la Guerra Civil se pagaba, en el mejor de los casos, con el exilio. Las vueltas de la vida y la represión hicieron que ambos coincidieran en el campo de Gurs, en el Bearn francés. Eran unos más de los 22.000 presos, pero en ese mundo de “atrocidades” -según cuenta-, entre barracones y alambradas, “floreció” un chispazo de amor que ni siquiera un traslado de campo de concentración pudo detener ya que, con ayuda de la resistencia francesa, la pareja volvió a reencontrarse al final de otra guerra (la II Mundial) y pudo casarse en Olorón el 14 de abril de 1945, día de la República. Allí vivieron ya que nunca quisieron -ni pudieron- volver a la península hasta la muerte de Franco aunque, como otros exiliados, durante más de tres décadas pensaron que al día siguiente sería la fecha del ansiado regreso. Raymond recogió el testigo y la “fuerza” de “un ideal” y ha militado desde siempre en la izquierda de su pueblo compaginando la lucha del día a día con la recuperación de la Memoria Histórica. Hace poco perdieron la Alcaldía por un puñado de votos pero el efecto Mélenchon ha supuesto un revulsivo para su causa, que ayer era la del exilio republicano, hoy es la de los refugiados sirios y siempre, la justicia social y los derechos humanos.
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