el revuelo generado estos días en Navarra con el programa educativo Skolae, berdin bidean-creciendo en igualdad, pone de manifiesto lo necesario que es en esta sociedad tener una formación en igualdad de género, sobre todo cuando ésta no te viene dada desde la escuela como ha ocurrido durante generaciones. Skolae no surge de manera espontánea, sino de la demanda social para que la escuela, toda, no sólo la pública, tenga un papel activo a la hora de educar en igualdad para tratar de lograr que las nuevas generaciones lleguen a la vida adulta sin el lastre de la desigualdad que tanto daño causa a diario en nuestro entorno. Y lógicamente una parte esencial de esa soñada igualdad tiene que ver con la sexualidad, con el cuerpo, con los sentimientos, con las relaciones. Pero no solo. Cada vez que un asesinato por violencia de género mancha de luto nuestras calles, como tristemente ha ocurrido esta semana en Iruña, las voces se unen en recordar que hacen falta medios y recursos, apoyo a las víctimas y también en que la Educación es un pilar esencial para erradicar esta lacra. De eso se trata y de eso va esto. Skolae es el resultado de un trabajo del Departamento de Educación del Gobierno de Navarra, en el que se ha implicado el Departamento de Salud, el Consejo Escolar de Navarra y personal docente y que ha contado con apoyo técnico de personas expertas en igualdad y coeducación. Su objetivo es claro y aparece en el primer párrafo de sus más de 100 páginas, y tiene que ver con trabajar en la escuela desde la libertad y la diversidad de opciones, “sin condicionantes de género, aprendiendo a identificar las desigualdades, a luchar contra ellas y a ejercer su derecho a la igualdad en el ámbito de su cultura, religión, clase social, situación funcional, orientación sexual”. Querer ver en esto solo la letra pequeña y escandalizarse por ello, sin entrar al fondo y a lo mucho que se puede lograr a largo plazo, es poner una nueva venda en un tema que necesita ojos abiertos y miradas limpias. No se trata de imponer cómo tienen que ser los niños y niñas, todo lo contrario, se trata de enseñar y educar y de darles las herramientas necesarias para que se construyan a sí mismos y sean libremente lo que decidan. Y ese es el problema, que la libertad todavía asusta y más cuando lleva según que adjetivos.