Cumplir años para cualquier medio de comunicación es todo un motivo de celebración en estos tiempos de incertidumbre y precariedad laboral, en los que la profesión periodística tiene que nadar y mantenerse a flote en aguas demasiado turbias, donde la verdadera información, la que no falta a la verdad ni se pliega a intereses que no sean los de la sociedad, queda muchas veces enterrada junto al buen hacer de muchos y muchas profesionales que acaban abandonando el barco cansados de remar sin rumbo claro. En un contexto así, donde cada fin de año hay que pensar si acabará el siguiente con más o menos periodistas en activo, que un medio de comunicación llegue a cumplir los 30 en buen estado de salud es una fiesta. Y más si ese medio ha tenido que sortear todo tipo de zancadillas para poder mantenerse diariamente en su cita con los oyentes. Así que zorionak merecidas para Euskalerria Irratia (y para todo el equipo que la hace posible), la emisora navarra que este mes de noviembre cumple tres décadas, de las cuales ha pasado la mayor parte en la cuerda floja de la alegalidad. Nacieron para poner voz en euskera a la realidad de cada día y sumar paso a paso una comunidad de euskaldunes que con su presencia al otro lado de las ondas legitimaron un proyecto que nunca, hasta que llegó el Gobierno del cambio, contó con el apoyo de la Administración, todo lo contrario, y que vio cómo año tras año, concurso tras concurso, se le excluía del dial hasta que en 2016 consiguieron finalmente la ansiada licencia para dejar de ser una emisora sin papeles. Pero en todo este tiempo su valor ha estado en la resistencia, en saber vencer la adversidad, en la convicción de que el proyecto merecía la pena si los oyentes así lo sostenían. Ha sido y es una gran radio pequeña, o una pequeña gran radio, uno de esos proyectos que nacen casi entre amigos y van creciendo entre redes de solidaridad y apoyo, donde se respira buena onda, donde el euskera siempre suma, donde la información nunca está de más. Voces amigas que tuvieron que hacer periodismo desde las trincheras y que ahora por fin pueden celebrar en pleno día sus 30 años de euskera en las ondas.
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