Cuota social por la pobreza
lo advierte la Red de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social, hay 26.000 personas en Navarra que viven en situación de pobreza severa considerada como tal a la persona que reside en un hogar cuyos ingresos son inferiores a 355 euros por unidad de consumo. Ello en un territorio se supone próspero y rico donde sin embargo el número de personas en riesgo de pobreza y de exclusión se eleva ya a 86.500, un 13,5% de la población. Cada octubre, la Red, conjunto de unas 30 entidades sociales sin ánimo de lucro que desde 1994 azotan la conciencia colectiva, alerta de la situación de los pobres. En esta ocasión, advierte de que la economía está despegando tras la crisis pero con un reguero poco justo. Hay más trabajo, sí, pero precario (un tercio se contrata a través de ETT), por lo que está naciendo una clase trabajadora empobrecida; la brecha entre ricos y pobres cada vez es mayor; y las principales paganas de esta historia son, de nuevo, mujeres y personas inmigrantes. Dice la Red que la Renta Garantizada no cubre todos los casos, que los servicios sociales de base no dan abasto y que no pueden centrarse en el eje de su aportación: acompañar a la persona en todo su proceso de incorporación social. En suma, hacen falta recursos.
Es evidente que las administraciones públicas son las principales responsables para solucionar este entuerto y que sus medidas pueden ser mejores si hay una buena gestión, basada en criterios de justicia, no de beneficencia, y mayores ingresos, dinero proveniente de la aportación comunitaria, es decir del pago de impuestos. Pero ¿eso es todo? Evidentemente, no. Donde no llega la Administración debe llegar el tejido social que la complementa y ahí también estamos la ciudadanía. Cada cual desde su parcela, desde su puesto, desde su responsabilidad... desde su cuota social. Pagar impuestos, por supuesto, y un poco más quien pueda.