ran fotógrafo y gracejo del pateador experimentado de calles, Chema Pérez te advertía con un "rata de alcantarilla" cuando lo que iba a comentar después tenía que ver con alguna cuestión poco estupenda, nada simpática. Lo de rata, como te lo decía por delante, daba para imaginar un instante al bicho y medir la oscura vida de estos roedores con mala fama bien ganada, portadores de enfermedades, malos.

El rata-park de la rotonda de los Edificios Inteligentes es lo más impactante que se ha visto sobre animalicos de ciudad en los últimos tiempos. Aceptando lo de animalicos para estos especímenes gordos, grandes, atrevidos y agresivos a veces, que si se te cruza una, da repelús y respeto. Las ratas son bichos de otra parte, monstruos junto a nosotros pero para otros sitios y, desde luego, nada que queramos próximo a este confortable y civilizado entramado urbano en el que vivimos. Pero si están ahí mismo, algo falla, y los pamploneses de la zona no tienen que estar nada felices con estos vecinos. No han aparecido en uno de estos barrios de segunda división, sino en el cogollo del Segundo Ensanche, en el cruce de caminos hacia vigorosos núcleos de la nueva ciudad.

El vídeo es sorprendente y, según como se sea, tiene su punto desagradable porque las ratas suelen ser sinónimo de enfermedades y además su capacidad para expandirse y propagarse sale de la multiplicación de gestaciones cada 24 días, con camadas de hasta una docena de individuos. Vamos, que unas hembras a ritmo normal dispararían su población, también en una cómoda rotonda. Si además se dejan ver con semejante descaro es que la tranquilidad en la que viven no necesita cuidado alguno. Y si aparecen felices ahí, en ese islote en medio del asfalto bien circulado por un tráfico intenso a casi todas horas en esa intersección, qué no habrá en los barrios del norte, qué futuro espera a los nuevos del sur. No cabe duda de que la cosa quedará controlada -son episodios que pasan en las ciudades, donde habitan más que bípedos-, pero este descontrol de roedores pillados in fraganti por la cámara no queda bien.

Puestos a elegir, más sano es el castor de la Txantrea, que lo suyo fue una exhibición momentánea, perdido que estaba, y además no tiene mala fama ni se la quiere ganar.

El vídeo del rata-park de la rotonda de los Edificios Inteligentes es de lo más sorprendente que se ha visto en mucho tiempo en Pamplona