La Hacienda Foral de Navarra tiene calculado ya el agujero económico que le va a ocasionar la crisis del covid-19 en 2020 y una estimación del comportamiento que puede tener la recaudación pública en el próximo trienio. Como toda previsión, hay que cogerla con hilos y más en este caso, ya que depende en buena medida de la evolución de un virus del que la amenaza de un rebrote que empeore estos datos está ahí. Precisamente para abordar esta crisis sanitaria, el Parlamento ha puesto en marcha una comisión especial que actúe como una lluvia de ideas que contribuya a amortiguar sus consecuencias. En este contexto, la actuación de Navarra Suma merece el calificativo de marcianada. Primero registró un montón de propuestas que contribuyen a incrementar el gasto público sabiendo que la caída de ingresos rondará los 820 millones (el 20% del total). Después, expresó su rotundo rechazo a una reforma fiscal que ayude a subir la recaudación. Y la guinda fue rescatar del baúl de los recuerdos el pacto que UPN alcanzó con Mariano Rajoy en 2018 para apoyarle los Presupuestos del Estado. Aquel acuerdo recogía una mínima inversión para el corredor navarro del TAV en ese 2018 y luego hacía constar, a modo de declaración de intenciones, que hasta el año 2023 el Ministerio de Fomento se gastaría 2.325 millones para que este proyecto fuera una realidad. Rajoy solo duró unos días en Moncloa, pero a Navarra Suma se le ocurrió este miércoles que el Gobierno foral adelante este gasto y ponga sobre la mesa esos 2.325 millones que supuestamente iba a gastarse el Gobierno de España en este tren. La broma asciende a 268 millones este año, 645 en 2021, 820 en 2022 y 540 en 2023, justo en un momento en el que la Comunidad Foral y el Estado van a tener que endeudarse por centenares de millones de euros para cubrir las necesidades más básicas de la ciudadanía. Como es obvio, semejante disparate recibió el rechazo de todo el resto del arco parlamentario, lo que provocó que Navarra Suma se sintiera "defraudado" por el PSN. Alucinante.