la dirección de Volkswagen Navarra presentó ayer al comité de empresa su propuesta de acuerdo para optar a producir el tercer modelo de la fábrica al objeto de alcanzar un consenso en una semana y remitir el texto definitivo a Wolfsburg con el objetivo de conseguir la adjudicación a la planta de Landaben de un vehículo que se uniría al Polo y al T-Cross. Antes que nada, es de justicia destacar que se trata de una oportunidad que concurre merced a la profesionalidad y el buen hacer de la plantilla de la factoría, así como que la ocasión debe aprovecharse en el beneficio de los propios trabajadores de Volkswagen pero también de la industria auxiliar en particular y de la sociedad navarra en su conjunto. Y es que la adjudicación del tercer modelo representaría la consolidación de la fábrica de Landaben como referente dentro del grupo germano y dotaría de mayor estabilidad a los programas de producción anuales, a lo que agregar el valor añadido del aumento en el número de proveedores y por consiguiente del empleo asociado a la industria del automóvil. Si todo lo antedicho no fuera suficiente, este tercer modelo constituiría un puente hacia el coche eléctrico, es decir, abriría la puerta a la electromovilidad como apuesta estratégica en el contexto del consorcio alemán. De acuerdo a la lógica de este mercado de incidencia mundial, la propuesta de acuerdo incorpora exigencias de flexibilidad desde la premisa de que para la eventual llegada a Landaben del nuevo vehículo deberían fabricarse desde este año 1.438 coches diarios. En concreto, se contemplan medidas relativas a los turnos de trabajo, al desplazamiento de las pausas o a la realización de sábados voluntarios en aras a una mayor competitividad, la baza que hará decantar la balanza entre la planta navarra y sus competidoras. Sin menoscabo de la legimitidad de la empresa para plantear las adecuaciones que considere necesarias, siempre en el marco de la negociación con la representación laboral, algunos sindicatos ya han reclamado la contratación directa de personal para paliar los efectos sobre la jornada anual individual. Una demanda lógica que la firma debería contemplar en virtud de los estándares de un consorcio socialmente responsable, generador de negocio pero también de calidad de vida, y fuerza tractora de una Comunidad Foral que ha mantenido una relación histórica con Volkswagen basada en la mutua lealtad y el sentido común.