L constante incremento de nuevos casos de contagios por covid-19 y el goteo de focos registrados en Navarra (con especial preocupación por el de Mendillorri, con 51 contagiados y 1.200 confinados relacionados con este brote) está generando la lógica inquietud y preocupación y ha obligado a tomar medidas restrictivas que afectan de una manera u otra a la población. De hecho, en los últimos días, el departamento de Salud del Gobierno de Navarra ha impuesto normas que, aunque limitan o condicionan algunos aspectos de nuestra vida diaria, son necesarias para evitar una posible transmisión comunitaria que supondría un desastre desde el punto de vista sanitario -con el aumento vertiginoso del riesgo de pérdida de vidas humanas- y una vuelta atrás no menos catastrófica con el regreso de medidas aún más restrictivas para la ciudadanía, con evidentes consecuencias también en la actividad social y económica. De momento, al uso obligatorio de la mascarilla aun cuando pueda guardare la distancia de seguridad decretado el pasado jueves, se ha sumado desde ayer las medidas para extremar la prevención en las residencias de mayores. Son medidas dolorosas y duras para los afectados, en especial para los más vulnerables, y sus familias. Pero la situación requiere de medidas preventivas y quirúrgicas que frenen el aumento de contagios. Las autoridades sanitarias, tras registrarse ayer 40 nuevos casos, insisten en mostrar su preocupación por la evolución de los brotes que están sucediéndose y apuntan el evidente cambio de tendencia y, sobre todo, del perfil de las personas que se están contagiando, radicalmente distinto del que se infectaba en marzo y abril, ya que ahora son mayoritariamente jóvenes, y el ámbito de transmisión, que se concentra en el ocio y las aglomeraciones que se derivan de estas actividades. Con todo, no estamos en la situación de los meses pasados. La detección precoz, el intenso trabajo de rastreo -se ha pasado de unas 150-200 pruebas diarias a realizarse el viernes 1.300 en la red sanitaria pública de Navarra-, la rápida respuesta a los focos y la situación de los hospitales invitan a pensar que, con la imprescindible y sobradamente probada responsabilidad e implicación ciudadana, se podrá frenar este aumento de contagios y evitar la vuelta a restricciones aún más duras, como está sucediendo en otras zonas del Estado.