Qué poder tiene el amor que todo lo consigue. Sí, dice la señora que su anterior era inmaduro. Y ahora que está libre, se puede casar de nuevo. ¡Pobre señor! ¡Cómo lo ha dejado! Podía hacerlo en privado. ¿Para qué nos cuenta sus aventuras? Solo desearles que sean felices y que coman perdices. A los lectores no les va a importar lo más mínimo. ¡Faltaría más!