Madrid ha comenzado el baile de pactos en comunidades y ayuntamientos. Hay mucho poder local en juego y Sánchez mira en este ámbito a Ciudadanos para intentar gobernar territorios como Aragón, Castilla-León o Madrid. Rivera, que ha dicho por activa y por pasiva los dos últimos meses que su objetivo es echar a Sánchez, parece que enfría esa presión política y mediática y pone condiciones inasumibles para esos posibles acuerdos. Es ya una triste realidad que en la política española la mentira y hacer lo contrario a lo prometidos son hoy en día una realidad permanente. Por supuesto, Ciudadanos piensa que también puede obtener beneficio de ese juego de tronos políticos, quizá hacer valer los cantos del PSOE para presionar al PP y que le ceda la alcaldía de Madrid. No sé en que acabará todo ello. Más aún porque aún está en juego también la mayoría en el Congreso que sostenga el Gobierno de Sánchez y la debacle de Podemos puede debilitar a Iglesias como la primera opción de acuerdo. Se verá los próximos días y semanas. Las sombras de los pactos postelectorales son alargadas y pueden llegar también a Navarra. Escribí pocos días antes del 26-M la esperanza que anidaba en UPN de que en ese cambio de cromos a lo largo del Estado, el PSOE pudiera poner en juego también a Navarra si Ciudadanos le apoyara en, por ejemplo, Aragón. Esas cábalas ya anidaban en la dirección de UPN antes de abrirse las urnas. No veo a Chivite y al PSN en eso, aunque tampoco está a día de hoy muy clara su estrategia. Parece que su apuesta es intentar un Gobierno con Geroa Bai, siguiendo el modelo de pactos entre PNV y PSE en la CAV, y Podemos e I-E. Pero quién sabe. No sería la primera vez que la voluntad democrática de los navarros y navarras se hipoteca a los intereses de Madrid. Y los socialistas navarros son los que mejor lo saben. Sería una contradicción difícilmente explicable que esos miles de votos procedentes de Podemos y del espacio social del cambio político que no votaron al frente de derechas de UPN, Ciudadanos, PP y Vox y optaron por el PSN acabaran por un cambalache en otro territorio haciendo presidente a Esparza. Sin olvidar los ayuntamientos navarros también en juego.