Es para tomárselo en serio. Me refiero a lo de la derecha y la censura parental, el llamado pin parental. Lo que está detrás de la maniobra de Vox, más allá de generar atracción mediática y arrastrar al PP y Ciudadanos, no tiene que ver solo con la educación sexual, ni con su rechazo sistemático a cualquier tipo de avance en materia de igualdad. Tiene que ver con un derecho fundamental, con la educación en general y la educación pública en particular. Así como en su día el partido ultra creció con mensajes que cuestionan la igualdad de género, la violencia sexista, la memoria histórica... ahora han decidido poner el foco en el derecho a la educación. Y los que venimos de la época de la EGB sabemos que aquella ley de democratización de la enseñanza pública no es algo que estaba ahí desde siempre. Ni mucho menos. Se consiguió en los años 70 y 80 con gran esfuerzo y la lucha de nuestros padres y madres. Y eso es lo que ahora está en juego y hacia donde apuntan las baterías de la ultraderecha a sabiendas de la auténtica revolución social que supone el acceso a la educación. La escuela pública no es algo que está desde siempre; se consiguió colectivamente como muchas otras conquistas. Y así hay que protegerlas y defenderlas. Porque son tiempos estos para defender la democracia si no queremos perder lo que tanto costó conseguir.