Lo ha conseguido Albert Serra tras alzarse con la Concha de Oro del Zinemaldi: abrir un debate social necesario desde una mirada no contaminada. Ya ha habido reacciones encontradas, el PACMA, la Fundación Toro de Lidia...Aplausos y reproches de mucha gente que ni siquiera ha visto la peli. Me veo en medio del debate sin necesidad de identificarme con ninguno de los extremos. No por no tomar partido. Soy de las que opina que matar a los toros es un anacronismo pero cuando tengo ocasión me cuelo en el coso con cuadrilla o familia a la que, como a mí, le gusta el ambiente, la merienda y el espectáculo que forma parte del alma de los Sanfermines. El diestro peruano Roca Rey, protagonista de la peli, es de hecho uno de los favoritos en el tendido de sol de Iruña. Me siento por tanto con necesidad de avanzar en mis propios principios con obras de arte como la que me ofrece el cine. Porque a veces necesitamos madurar sin que nadie nos violente. Porque a veces es bueno escuchar lo que dice el otro aunque piense diferente. Dice Rebordinos que el tribunal no supo distinguir si la peli era un alegato a favor o en contra de los toros. Seguramente de ahí el mérito de la cinta. El propio Albert Serra hablaba ayer de la “honestidad” que se ve durante una obra en la que, reconoce, no “rehuye” nada. Habrá que verla.