Ayer se celebró el Día Internacional de Internet Segura. Las tecnologías digitales han cambiado sustancialmente la manera en que los individuos acceden a la información y desarrollan conocimiento. A la vez que hacen aumentar la demanda de nuevas habilidades, ofrecen nuevas oportunidades para la educación y la formación, habiéndose generado grandes expectativas sobre efectos positivos de las TIC a la hora de ofrecer nuevas formas de aprendizaje propias del siglo XXI y acentuando el debate sobre por qué esos beneficios no se han materializado. Entre ellos cabe destacar la falta de conocimiento de los procesos de gestión del conocimiento o de formación del profesorado. Algunas voces se alzan en favor de que las TIC conllevan un cambio generacional sin precedentes, con implicaciones de gran trascendencia para la educación, mientras que otras argumentan que los medios digitales y la conectividad tienen más efectos negativos que positivos en la educación de los jóvenes. Siempre resulta indispensable la labor preventiva y proactiva con directrices claras para que niñas, niños y adolescentes, como sujetos especialmente protegidos y vulnerables traten sus datos personales, promoviendo una cultura de protección de dichos datos. La inclusión digital depende cada vez menos del acceso a la tecnología y más de los conocimientos, habilidades y actitudes por parte de los individuos. Éstas son las más destacables:
-Capacidad de información: identificar, localizar, recuperar, almacenar, organizar y analizar información digital, valorando su relevancia y propósito.
-Capacidad de comunicación: comunicarse en entornos digitales, compartir recursos a través de herramientas en línea, conectar con otras personas y colaborar con ellas haciendo uso de herramientas digitales, interactuar y participar en comunidades y redes.
-Capacidad de creación de contenido: crear y editar contenido nuevo (de procesador de texto a imágenes y vídeos); integrar y recrear conocimientos y contenidos previos; producir materiales creativos; conocer los aspectos legales y éticos del uso de las tecnologías (derechos de autor, licencias, etcétera).
-Velar por la seguridad: protección personal, de datos, de la identidad digital; medidas de seguridad; uso seguro y sostenible.
-Capacidad de resolución de problemas: identificar necesidades y recursos digitales, tomar decisiones acertadas sobre herramientas de acuerdo al propósito o la necesidad, resolver problemas conceptuales a través de los medios digitales, usar las tecnologías de manera creativa, resolver problemas técnicos, actualizar las competencias de uno mismo y de los demás.
El uso de las tecnologías digitales es considerado frecuentemente como una manera de facilitar e incrementar el acceso a los recursos educativos. Sin embargo, aunque la penetración de Internet en los países de la OCDE ha alcanzado unas cotas elevadas, es importante avanzar en la explotación de las oportunidades para acceder a la educación. Los docentes desempeñan un papel crucial a la hora de facilitar la integración de las tecnologías digitales en el aula, ya que con sus prácticas fomentan un aprendizaje más profundo, así como la adquisición de las competencias claves del siglo XXI. Las ikastolas, a través de sus órganos de coordinación y asesoramiento pedagógico, facilitan el uso de las TIC en el aula, ya que dotan de materiales escolares relacionados con las TIC vinculados a sus libros de texto y además permiten un adecuado desarrollo profesional docente. La presencia conjunta de estos dos factores, infraestructura adecuada y una formación docente apropiada, es esencial para la integración y adopción exitosa de las TIC en el aula. Pertenecer a una red de centros, agrupados en torno a la Cooperativa Europea de Enseñanza facilita el desarrollo profesional formal, el establecimiento de comunidades de aprendizaje entre docentes, la mejora de sus prácticas y la superación de retos individuales. En estas comunidades los docentes comparten acceso a materiales de aprendizaje, a buenas prácticas en la enseñanza y el aprendizaje, permiten que los vídeos de sus clases sean visualizados y comentados por compañeros/as de profesión, así como intercambiar ideas en foros en línea de su área de enseñanza, además de motivarles a mejorar la educación mediante la enseñanza de las habilidades del siglo XXI: el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la comunicación y el aprendizaje colaborativo.
La encuesta PISA considera la alfabetización digital como la capacidad para “evaluar la información de diferentes fuentes, valorar la credibilidad y la utilidad de lo escrito usando criterios personales así como la habilidad para desempeñar tareas que requieren al lector localizar información, relacionada con un contexto que no le es familiar, existiendo cierta ambigüedad y sin instrucciones explícitas”. Así pues, la alfabetización digital es considerada como la capacidad para leer y navegar de manera autónoma en un contenido digital. Algunas evidencias muestran que los resultados de los jóvenes de 15 años en alfabetización digital están relacionados de manera positiva con los que obtienen en lectura. En las sociedades actuales, incluso las más simples interacciones y transacciones tienden a requerir habilidades en escritura y lectura más que sólo hablar y escuchar, solicitar información, concertar una cita profesional, compartir información con miembros de equipo, etcétera. Por lo tanto, las habilidades en lectura y escritura siguen siendo absolutamente relevantes para beneficiarse plenamente de las tecnologías digitales.
El autor es director de la Federación Navarra de Ikastolas