En los últimos años, entre las acciones prioritarias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se ha establecido el cuidado de la audición, ya que hay más de 460 millones de personas en el planeta que padecen una pérdida auditiva discapacitante. La OMS ha fijado que el día 3 de marzo se celebre el Día Mundial de la Audición, a fin de sensibilizar a la sociedad de la importancia que tiene una buena audición. Se quiere promover -a todos los niveles- el cuidado de la salud auditiva, el diagnóstico precoz y el tratamiento adecuado de las pérdidas auditivas para que las personas seamos plenamente capaces de desarrollar todas nuestras actividades. Este año proponía -bajo el lema de Escucha de por vida- fijarnos en la importancia de preservar la salud auditiva en todas las etapas de la vida, que nos permitirá mantener una comunicación adecuada con los demás.

Para el cuidado de la salud auditiva, una de las prioridades de acción debe centrarse en la prevención del daño del ruido excesivo. El ruido excesivo puede determinar la aparición de lesiones irreversibles en el oído interno, el llamado trauma acústico, lesiones que pueden aparecer por una exposición aguda (explosiones, golpes directos, etcétera), o por una exposición crónica y repetitiva (maquinaria industrial, caza deportiva, música a volumen muy alto, etcétera).

En España, el ruido es el contaminante ambiental más frecuente en el conjunto de todos los sectores laborales, y un 10% de los trabajadores están expuestos a un nivel de ruido elevado o muy elevado, aunque en algunos sectores como la industria o la construcción la cifra supera el 20%. Existen muchos factores que se pueden mejorar, por ejemplo: la adecuación arquitectónica de las instalaciones de trabajo (paredes y suelos de materiales absorbentes o aislantes); la señalización y obligatoriedad de uso de dispositivos de protección personales (cascos o tapones antirruido); la limitación del tiempo de exposición; el control auditivo periódico, etcétera. Casi todo está legislado, pero al final lo que resulta más trascendente es el compromiso personal de usar los medios de protección a nuestro alcance, de consultar con los técnicos de prevención o de acudir a los médicos especialistas.

En otro ámbito no menos importante, en los últimos 15 años se ha evidenciado un incremento de las lesiones por ruido en los jóvenes debido al uso inadecuado y excesivo de los reproductores de música y teléfonos móviles. Desde 2013 estos equipos deben cumplir con la normativa europea que limita el volumen máximo a 85 dB y a partir de eso deben ofrecer una "advertencia del riesgo". El problema reside en que los usuarios pueden elevarlo libremente, alcanzando un volumen superior a 100 dB, donde los niveles de daño auditivo son algo más que una probabilidad remota.? Es algo parecido a conducir un coche respetando los límites de velocidad o pisar a fondo. Y todos conocemos las consecuencias potenciales de los excesos.

Además de ese compromiso personal contra el ruido excesivo, la OMS promueve otras grandes líneas de trabajo en cada continente y país a través del Foro Mundial de la Audición. Este grupo de trabajo promoverá acciones como continuar con la expansión o mejora de los programas de detección de la sordera infantil; el tratamiento médico o quirúrgico precoces de las enfermedades del oído, o a través del uso de audífonos o dispositivos implantables; los programas de sensibilización social que erradiquen los prejuicios tan extendidos sobre la sordera; las intervenciones en el ámbito educativo o de la comunicación; y un largo etcétera. Todo ellos a través de grandes o pequeñas acciones que ayuden a las personas: "No dejes que la pérdida auditiva te limite" (OMS).

El autor es otorrinolaringólogo- Clínica Universidad de Navarra. Presidente de la Asociación Navarra de Otorrinolaringología. Delegado en el Foro Mundial de la Audición de la OMS

Para el cuidado de la salud auditiva, una de las prioridades de acción

debe centrarse en la prevención del daño del ruido excesivo

Casi todo está legislado, pero al final lo que resulta más trascendente es el compromiso personal de usar los medios de protección a nuestro alcance