l sábado 17 el rector actual de la UPNA y el rector anterior publicaron conjuntamente un artículo titulado Negacionistas del Grado de Medicina en el que salían al frente de varios artículos publicados últimamente por diversos autores del espectro de la derecha navarra que, considerando la baja proporción de alumnos navarros que están estudiando en dicho grado en la UPNA (según la prensa 18 de 60 el curso pasado; 12 en el actual), criticaban la implantación del mismo el pasado curso 2019-2020.

Que quede claro, desde el principio, que yo estoy a favor de dicha implantación, al igual que he estado siempre en contra de las distorsiones de todo tipo (no solo de las comúnmente citadas, sino también de otras muchas, menos conocidas por el gran público, que han afectado a los alumnos, pero también a otros colectivos), que, en relación con la educación universitaria de los navarros, produjo la implantación y el despliegue de la Universidad de la Iglesia en Navarra (nombre oficial de la Universidad de Navarra o del Opus Dei) a partir de los años cincuenta del siglo XX con todo el apoyo del régimen y de la Diputación franquistas. Hasta que se creó la UPNA esa universidad privada monopolizaba el grueso de la educación universitaria que se ofertaba en Navarra, con la salvedad de algunas diplomaturas dependientes de la Universidad de Zaragoza, e incluso hasta 1983 gestionaba el centro de la UNED.

Ahora bien, creo que deben traerse a colación algunos datos que no han mencionado ni Ramón Gonzalo/Alfonso Carlosena ni los comentaristas a los que replican y que explican el bajísimo porcentaje de alumnos navarros en dicho Grado.

Esos datos están recogidos en el denominado Informe Manu, fechado en diciembre de 2016 y elaborado por Cristina Rueda, catedrática de Bioestadística de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid. Dicho Informe está disponible en Internet y su realización se debió a la constatación por parte de la autora del considerable aumento de los alumnos de fuera de Castilla y León en los últimos años, junto con la observación de su bajo rendimiento académico.

En ese informe se analizan los datos de la PAU genérica ordinaria de 2015. Según puede verse, los alumnos navarros son los que peores notas obtienen. La nota media total de Navarra es de 6,88, la más baja de todas las CCAA, mientras que, por ejemplo, la de Canarias es de 7,70 y la de Murcia de 7,54. En Biología, asignatura totalmente primordial para poder entrar en Medicina al contar el doble, la nota media de los alumnos navarros es de 6,80, la más baja con diferencia, siendo la media de las restantes CCAA de 7,41 y siendo los valores de algunas de ellas muy superiores. Lo mismo sucede con la asignatura de Química, también fundamental para acceder a dicho grado por puntuar doblemente también. A Navarra, con una nota media de 6,60, le sobrepasan todas las demás CCAA, y algunas comunidades se colocan más de un punto por encima. En Historia de España, con 6,83, Navarra también ocupa la última posición, habiendo comunidades en las que la media es de más de 0,50 superior. En Historia de la Filosofía y en Lengua Extranjera los resultados navarros también se sitúan entre los de las comunidades peores.

Si en vez de a las notas medias por asignatura, recurrimos a las proporciones de estudiantes que obtienen calificaciones de entre 9 y 10 en cada materia (calificaciones absolutamente cruciales para optar a una plaza en el grado en Medicina en una universidad pública en los últimos años), los resultados de Navarra también sobresalen por lo bajas de las mismas. En Biología la proporción de los alumnos navarros es de 4,28, la más baja de todas las CCAA, siendo la media global del 15,15 por ciento y habiendo comunidades con porcentajes de más del 20 e incluso del 25. Ocurre lo mismo en Química: porcentaje navarro de 4,01 y porcentaje medio de 13,09 con comunidades por encima del 20. En Lengua Extranjera Navarra sigue siendo la última, y en Historia y en Historia de la Filosofía la segunda y la tercera más baja respectivamente. Si acudimos a las medias totales, solo el 6,17 de los alumnos navarros obtienen una media entre 9/10, un porcentaje muy exiguo en comparación con los de algunas comunidades que superan el 20 o el 15. Junto con Navarra, las únicas comunidades que no llegan al 10 por ciento son Castilla y León, Galicia y La Rioja.

La conclusión de todo ello es que las posibilidades de conseguir por parte de un alumno navarro una plaza en una Facultad de Medicina de una universidad pública son mucho menores que en otros sitios. Así como los alumnos de determinadas CCAA pueden ingresar en las facultades de toda la geografía española, los alumnos navarros que no han sido admitidos en la Universidad de la Iglesia en Navarra han tenido que optar a las facultades en las que la nota de corte era más baja, sobre todo las catalanas por el factor idiomático.

Al no mencionar esta cuestión ni Gonzalo/Carlosena ni los analistas a los que responden podría pensarse que no son conscientes de su existencia. Aunque también puede pensarse que la conocen, pero que no se ocupan de ella por constituir un asunto espinoso y peliagudo. A fin de cuentas, ¿cómo explicar que quienes corrigen las pruebas de acceso a la universidad en Navarra (profesores de la UPNA y profesores de enseñanzas medias) puntúan tan bajo, en comparación con las pautas seguidas en otras CCAA, perjudicando así a los alumnos navarros? Al respecto, uno tiene su interpretación, pero preferiría que sean otros, con responsabilidades directas, los que se posicionen expresando la suya.

Se me podrá decir que los datos que proporciona el Informe Manu no son concluyentes al referirse a un solo año. Frente a ese argumento alego que la autora del mismo sigue diciendo en la prensa que sus conclusiones siguen siendo válidas año tras año. Asimismo, basta ver las elevadísimas notas de corte en algunas las facultades (que expresan la nota del último alumno en entrar) en los últimos años para calibrar que algunas CCAA dopan en la práctica a sus alumnos con notas que es prácticamente imposible conseguir aquí. De cualquier forma, invito a la autoridades académicas de la UPNA y a las autoridades institucionales a que traten del tema y a que indaguen sobre la permanencia de ese sesgo que discrimina objetivamente a los alumnos navarros, dificultando extremadamente que puedan acceder a estudiar Medicina (así como los otros grados en los que se exigen notas de corte elevadas) no solo en la propia UPNA, sino en las demás facultades públicas del Estado. Por todo lo que tiene que ver con el futuro formativo y profesional de nuestros jóvenes, no solo en Medicina y en Ciencias de la Salud, y dado que la gestión del talento es y será una variable fundamental para el devenir de nuestra sociedad.