aúl Hernández Amillano, en nombre propio, vecino de la plazuela de San José y en representación del centenar de personas particulares, todas ellas vecinas de dicha plaza (incluidas las 36 monjas de los dos conventos) como así constan en el anexo que se ha presentado con el presente escrito, ante el acuerdo que el Ayuntamiento está llegando o ha llegado con la hostelería de la zona para instalar terrazas en la plazuela de San José, teniendo en cuenta el interés incuestionable que como personas vecinas de dicha ubicación la instalación de dichas terrazas habría de suponer, queremos hacer público íntegramente la demanda que hemos solicitado al Ayuntamiento a través del siguiente escrito:

Primero:- Conocemos con estupor el anuncio en prensa del acuerdo que arriba se indica con hostelería para la instalación de terrazas en la emblemática plazuela de San José.

No queda otra obviedad que deducir el absoluto desinterés que el Equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Pamplona-Iruña tiene hacia las personas que viven en dicha plazuela de San José al prescindir de nuestra convocatoria, de nuestra opinión, de nuestra afectación en la vida cotidiana. Hay personas que viven en dicha plazuela, que es el hábitat natural y vital en el que desarrollan sus vidas, por lo que no parece muy descabellado concluir que además de un interés económico social y privado, hay un interés humano de quienes especialmente vivimos en este lugar que siempre por sentido común habrá de prevalecer y en su caso conciliarse ambos.

Segundo.- Queremos dejar constancia nuestro pesar, nuestra empatía y comprensión con la situación dramática que está viviendo la hostelería en la actual situación de pandemia, así como con otros sectores profesionales de la sociedad que igualmente están padeciendo la aguda situación.

Ello no obsta para que nuestra posición haya de ser despreciada de una manera tan terriblemente descarada. No hay ninguna duda que con voluntad de encuentro la solución entre todos los agentes implicados habría de ser más constructiva y ecuánime. Dicho lo cual, de seguir el Ayuntamiento despreciando nuestra opinión, no nos cabe duda de que él mismo es consciente de que utilizaremos todos los medios mediáticos, jurídicos y de protesta que estén a nuestro alcance.

Tercero.- La afectación que supone a la plazuela de San José incorporar elementos que alteren físicamente y visualmente, dada su idiosincracia y encontrándose ubicada en un entorno de Patrimonio Histórico y Cultural obliga a que sea preceptivo el informe favorable de la institución Príncipe de Viana. Dicha institución ya es conocedora de la petición que por esta parte como solicitantes hemos hecho igualmente a la sección correspondiente del Departamento de Cultura del Gobierno de Navarra para que en su caso, como así nos lo han hecho saber realicen su informe vinculante.

Cuarto.- Es de obligada aceptación la incuestionable reflexión que nos hacemos y trasladamos a través de este escrito teniendo en cuenta que quizás sea la única plaza pública del Casco Antiguo-Alde Zaharra de Pamplona-Iruña que se mantiene bajo ese espacio de silencio sin contaminación acústica y al mismo tiempo siendo una plaza viva, lugar de parada y descanso, donde peregrinos y no peregrinos del Camino de Santiago descansan escuchando el sonido de la fuente admirando el lugar, con la Catedral como compañera permanente de Patrimonio Histórico, lugar de juego de niños y de gente mayor sentada en sus bancos, parada también de escolares y bocadillos, así como itinerario cultural y artístico cada vez más visitado, sin olvidar su espacio de culto con dos conventos, en cuya fachada principal ampliamente visible en la plazuela, no podemos obviar, disponen las habitaciones en las que descansan la congregación de monjas Siervas de María Ministras de los enfermos, la única en el Casco Antiguo-Alde Zaharra de Pamplona-Iruña cuya labor es principalmente trabajar de noche cuidando a enfermos siendo el descanso diurno inherente al silencio de la plazuela desde el año 1878 su principal aliado.

Del mismo modo, dicho espacio es acogido por el recogimiento y silencio del convento de las Carmelitas de la calle Salsipuedes cuyo acceso y tránsito sin duda quedaría invadido por el establecimiento de las citadas terrazas.

Quinto.- Convertirlo en lugar cuyo principal protagonismo sea las terrazas, convierte una vez más el monopolio del negocio privado en la primacía absoluta de este sistema político y social en cuyo escenario, la ciudadanía, que tiene derecho a que sea respetado su hábitat vital, es pisoteada, es vista únicamente como potenciales consumidores sin opción a ninguna otra forma de coexistir.

Es la plazuela de San José prácticamente el único espacio público singular en el que dicho espíritu de respiro, de silencio al atroz consumismo de la ciudad nos recuerda algo una naturaleza humana más amable, menos vendida a los intereses económicos y privados, un modelo diferente de barrio en un pequeño rincón de la ciudad.

Sin duda, contrario al uso que de forma natural e histórica se ha estado realizando hasta ahora en la plazuela, la instalación de terrazas para hostelería implica masificación con el riesgo evidente de contagios en la situación actual, suciedad agravada por la ausencia de baños públicos que, por otro lado, si se instalaran urinarios portátiles, qué decir tiene, junto a las estructuras de las terrazas cubiertas alteraría la fisonomía arquitectónica de la plazuela, ruidos que de una manera exponencial se agravan dada la forma estructural de la plaza al ser un rectángulo que exacerba la contaminación acústica, hecho éste que ya fue tenido en cuenta en la pasada legislatura y así se descartó incluso únicamente en las fiestas de San Fermín, la colocación de una barra para venta y consumo de bebidas.

Todo ello habría de dañar de una manera innegable la autenticidad de la plazuela, falta de respeto que no vamos a aceptar transitoriamente ni permanentemente porque no todo es justificable. Que la pandemia arrase a la hostelería no justifica que la ciudadanía sea arrasada, ninguneada, ni chantajeada por falta de sensibilidad, no es nuestra responsabilidad, sí la de los poderes públicos, estatales o locales para amparar este desastre laboral que infelizmente existe con la pandemia.

Queda más que justificada nuestra oposición tajante al proyecto de instalación transitoria ni permanente de terrazas para uso de hostelería en la plazuela de San José del Casco Antiguo-Alde Zaharra de Pamplona-Iruña haciendo responsable al equipo de gobierno de este Ayuntamiento, con su alcalde a la cabeza, Enrique Maya.

Por todo ello y teniendo en cuenta el informe vinculante necesario de Príncipe de Viana para su aprobación al ser zona de especial afectación de Patrimonio Histórico y cultural;

Solicito: Que se tenga en cuenta de manera inexcusable la gravedad de lo expresado en el presente escrito y se proceda a la revocación de cualquier decisión por parte del Ayuntamiento de Pamplona-Iruña de instalación de terrazas para uso de hostelería en la plazuela de San José; o subsidiariamente solicite a la institución Príncipe de Viana informe técnico por afectación de especial incidencia al ser zona de interés de Patrimonio Arquitectónico y Cultural de Navarra.

Además de un interés económico social y privado, hay un interés humano de quienes especialmente vivimos en este lugar que siempre por sentido común habrá de prevalecer

Que la pandemia arrase a la hostelería no justifica que la ciudadanía sea arrasada, ninguneada, ni chantajeada por falta de sensibilidad, no es nuestra responsabilidad