na de las enfermedades pulmonares que ha adquirido un enorme protagonismo a raíz de la pandemia por covid ha sido la neumonía. Responsable, en muchos casos, de un desenlace fatal y de no pocos sufrimientos y secuelas.

La neumología es la especialidad médica cuyo campo de actuación se centra en el sistema respiratorio. Por lo tanto, un neumólogo o neumóloga es aquel médico o médica que trata principalmente aquellas dificultades respiratorias que se originan en los bronquios, pulmones y pleura (membrana que recubre a los pulmones).

Etimológicamente, el término neumología se forma de los elementos griegos pneúmon que significa pulmón, principal órgano respiratorio, que a su vez deriva de neuma (soplo, respiración, viento), procedente del verbo pneo (soplar, respirar); más logia (tratado, estudio). Literalmente, neumología es el estudio de los órganos respiratorios. Pneúmon o pneuma se ha utilizado para acuñar muchas palabras, tanto en medicina como de otras ramas y hace referencia al aire. Neumotorax (aire en el espacio pleural), neumonía (inflamación en los pulmones), neumático (aire en una llanta). Hilando un poco más fino hay que señalar que la raíz pleu significa flotar, ya que los griegos antiguos consideraban que los pulmones flotan. Pleu-mon (pulmón), tras la influencia del verbo pnein, respirar, soplar, adoptó de forma habitual pneúmon.

El latín, de donde proceden las lenguas romances, no es ajena a esta influencia griega, así la palabra pulmón viene del latín pulmo, pulmonis, que a su vez deriva del griego pleumon variante de pneúmon tal y como ya hemos señalado.

Mucho más recientemente, el vocablo neumología se documenta por primera vez en el diccionario francés de P.C. Boiste (1765-1824) como pneumologie, donde lo define como Tratado sobre el pulmón. Y es señalado el francés René Laennec como un pionero de esta disciplina médica, quien a su vez inventó, a comienzos de del siglo XIX, el fonendoscopio, aparato acústico usado para oír los sonidos internos del organismo.

En un principio la neumología era considerada como una parte de la cardiología. Con el tiempo, pasó a tomarse como una especialidad independiente tal y como la conocemos en la actualidad.

Por otro lado, muchas palabras que responden a distintas disciplinas como: Psicología, Psiquiatría, Psicoterapia, etcétera tienen la misma raíz, Psique, también de origen griego que significa alma, y logia, que como ya lo hemos señalado anteriormente significa estudio. Por lo tanto, psicología sería el estudio de lo más propio de la persona, su alma. Hoy en día entenderíamos psicología como la ciencia que estudia la conducta humana.

Así que cuando hablamos de neumopsicología nos estamos refiriendo a la relación entre el estado emocional de la persona y la respiración.

La forma en que respiramos es una manifestación conductual fundamental del estado psíquico y fisiológico de los seres humanos. Siendo la respiración una función mecánica inconsciente, es la única función autónoma que puede controlarse fácilmente a voluntad.

Todos nosotros, nosotras, hemos experimentado esta relación directa entre un estado de ánimo y la respiración. Muchas de estas emociones lo que hacen es bloquear el diafragma, el gran músculo de la respiración. Al mantener contraído el diafragma se restringe la entrada de aire y la respiración se hace más corta y superficial.

Todas las personas hemos sentido en alguna ocasión cómo la vida se nos agita bien por el miedo, la rabia, la tristeza o la alegría, y nos encontramos dominados por emociones que no sabemos manejar y que tienen su correlato en el cuerpo y muy frecuentemente en la forma de respirar. Toda emoción implica un cambio en la respiración.

Hoy sabemos de numerosos fenómenos fisiológicos que ocurren durante cualquier estado emocional, y muchos de ellos son medibles fácilmente como el ritmo cardiaco, la presión arterial, la respiración tanto la saturación de O2 como la frecuencia respiratoria, por poner algunos ejemplos, y hay otros que no tenemos acceso experimental directo y requerirían de cierta invasión al organismo como por ejemplo para medir los cambios neuroquímicos que ocurren en la sinapsis (sitios de conexiones entre células).

Si profundizamos en nuestra propia experiencia emocional estaremos de acuerdo en que alegría, tristeza, rabia, temor, angustia, ternura, son estados de ánimo tan básicos que los atravesamos permanentemente. De hecho, el no sentirlos es muy difícil de lograr y nuestra aspiración debe ser el manejarlos sanamente.

Un rasgo importante de la variabilidad de los diferentes estados emocionales es la intensidad con que la emoción es sentida y/o expresada. Se sabe muy poco, por ejemplo, de la relación entre el reporte de la intensidad emocional sentida por la persona y la respiración. Así, por ejemplo, alguien puede estar muy furioso y sólo dejar traslucir un leve aunque elocuente componente expresivo que difícilmente permite captar la intensidad con que la persona está sintiendo el enojo. Por otra parte, también suele ocurrir que alguien expresa intensamente una gran tristeza como consecuencia de parámetros culturales o microculturales o con fines de manipulación sin realmente sentirse triste. Queda pues el desafío de estudiar más sistemáticamente estos diferentes estados emocionales a través de sus características respiratorias.

El autor es psicólogo clínico

En un principio la neumología era considerada como una parte

de la cardiología, con el tiempo pasó a tomarse como una especialidad independiente

Todas las personas hemos sentido en alguna ocasión cómo la vida se nos agita bien por el miedo, la rabia, la tristeza o alegría y nos dominan emociones que no sabemos manejar