l arquitecto navarro Rafael Moneo (Tudela, 1937) ha recibido muy merecidamente el pasado 22 de mayo, en la 17. Mostra Internazionale di Architettura della Biennale di Venezia, el Leone D'Oro por su brillante trayectoria profesional universalmente reconocida, especialmente en cuatro facetas, arquitecto, docente, teórico y crítico. Entregado en una admirada histórica ciudad síntesis del poder marinero, del comercio, el urbanismo sobre el agua, la arquitectura y su apoteósica belleza. Fascinación en grado sumo. El premio merita explícitamente el "ser uno de los arquitectos más innovadores de su generación".

Con la brevedad de un artículo de prensa es difícil sintetizar toda la amplia personalidad del insigne Moneo. Con numerosas obras de gran notoriedad, diferentes tipologías y escalas emplazadas en muy diversos países, constituyen la evidente muestra de un arquitecto humanista que actúa con gran sensibilidad sobre las preexistencias sean del entorno o del espíritu del propio edificio a intervenir.

Entre sus numerosas distinciones anteriores destacan el Pritzker Architecture Prize en 1996, el European Union Prize for Contemporary Architecture Mies van der Rohe Award (Premio bienal de la Unio?n Europea de Arquitectura Contempora?nea Mies van der Rohe) en 200 1por el Kursaal de Donostia, o el Praemium Imperiale de 2017 otorgado anualmente por la Japan Art Association a personalidades destacadas en la pintura, la escultura, la arquitectura, la música y el teatro/cine, artes no contempladas por los Premios Nobel, en el que se reconoció su gran sensibilidad para crear obras de una belleza duradera. Estos importantes reconocimientos divulgan mediática y socialmente arquitecturas de incontenible belleza formal y singularidad cultural. Moneo es probablemente unos de los arquitectos intelectuales más importantes de la segunda mitad del siglo XX y del presente XXI. Algo fundamental frente a tanto costoso espectáculo fulgurante y banal.

Una de sus primeras y magistrales obras es el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida, de gran resonancia internacional, construido entre 1980 y 1986 como parte integrante del Conjunto Arqueológico de Mérida, declarado en 1993 por la Unesco Patrimonio Mundial. La ampliación de la sede principal de Bankinter en Madrid (1972-1976); la rehabilitación de la estación de ferrocarril de Atocha en Madrid, (1985-88); la Catedral de Nuestra Señora de Los Ángeles, EEUU (1996-2002); es muy notoria la resolución de sus proyectos en museos: Fundació Pilar y Joan Miró, con tipología de museo junto al estudio del pintor -construido por Josep Lluís Sert- en Palma de Mallorca (1987-1992); remodelación del Museo Thyssen-Bornemisza, Palacio de Villahermosa, Madrid (1989-1992); Moderna Museet, Museo de Arte Moderno y Arquitectura, de Estocolmo (1991-98); ampliación del Museo del Prado (2007); Museo del Teatro Romano de Cartagena (2000-2008).

En Euskal Herria, como obras singulares, destacan las tres de Donostia. Especialmente, por la época de ejecución, el edificio de viviendas Urumea, con la colaboración de Xabier Unzurrunzaga, Javier Marquet y Luis M. Zulaica (1969-1973). La Iglesia de Iesu, en las Riberas Loiola, tambien en la capital (2007-2011), un cántico espiritual de modestia constructiva contemporánea, pureza minimalista, expresado con simplicidad, recogimiento y a escala íntima, humana con interesantes aportaciones escultóricas.

Y especialmente Kursaal Jauregia. Un auditorio y Elkargunea/Centro de Congresos construido entre 1995 y 1999, según un proyecto elegido tras una consulta técnica entre seis arquitectos de importancia internacional realizada en 1989.A pesar del rechazó que generó incluso hasta el inicio de su construcción en 1995 con una fuerte campaña populista social por lo que suponía de contraposición al estilo decimonónico de la ciudad, el Kursaal se ha impuesto, goza del aprecio de donostiarras y de cualquier vasco medianamente culto convertido en un símbolo para Donostia, a la vez que uno de los grandes iconos arquitectónicos del país y una potente referencia mundial. Allí, en el límite de la relación entre la tierra con el mar, donde desde la eternidad cada ola se desvanece y el Urumea se funde en el Atlántico, se crea un elogio del lugar con dos rocas varadas acristaladas título del proyecto. Un abrazo entre la arquitectura contemporánea y la ciudad que durante muchos años estuvo esperando este gesto y gesta de un genio creador, Rafael Moneo.

Moneo agradeció muchísismo el poder exponer por primera vez en Euskadi su proyecto, hasta entonces silenciado, en la Delegación en Bizkaia del Colegio de Arquitectos en un acto que organicé el 16 de junio de 1995. Posteriormente, hasta su inauguración, apenas hubo artículos de elogio, solamente el docto arquitecto residente en Donostia, Iñaki Galarraga, el director de la Escuela de Arquitectura, Eduardo Artamendi, y el periodista Mitxel Ezquiaga en El Diario Vasco valoraron la obra que algunos agradecimos públicamente pocos días después de su inauguración el 23 de agosto de 1999 (Gara, 1999/08/31)

Posteriormente, entre sus obras más señaladas: la plaza de los Fueros de Navarra, en la capital interesante resolución de un complejo lugar confluencia de viales muy concurridos e itinerarios peatonales (1970); Bodegas Chivite, Señorío de Arínzano en Lizarra, (1991-2002), la reforma y ampliación del Archivo General de Navarra, (Pamplona) (2003) y el Museo de la Universidad de Navarra, Iruñea-Pamplona 2015, así como la nueva Biblioteca de la Universidad de Deusto, Bilbao (2004-2009).

Escuchar a Moneo, a partir de 1970 impartió clases en la Escuela de Arquitectura de Barcelona, fue un fenómeno docente, didáctico, formativo, creándonos como estudiantes, una gran admiración que se mantiene hasta el presente. Una de las últimas ocasiones para escucharle fue con motivo de los 60 años del fin de la construcción de la basílica de Arantzazu en el homenaje a los arquitectos que la construyeron, Francisco Javier Sáenz de Oíza y Luis Laorga celebrado el 12 de septiembre de 2015. Su cálida voz de afrutada tonalidad musical plena se sabores y saberes es un relato oratorio, sensorial, que enriquece su dictado humanista, histórico y estético. Un gran maestro de la Cultura, así con mayúscula.

Moneo fue uno de los seis finalistas del fraudulento Concurso de Proyectos para la Ampliación y Reforma del Museo de Bellas Artes de Bilbao, al que importantes estudios de arquitectura renunciaron una vez conocido el sospechoso jurado, y su propuesta, que cumplía con las bases, fue despreciada por un tribunal, constituido a medida, de farsantes, dos gerentes, es decir, ignorantes en la materia, una restauradora de pinturas de la Diputación, un concurso de arquitectura con solo cuatro profesionales sometidos a la imposición del arquitecto Luis Fernández-Galiano que, como miembro de la Foster Foundation, cumplía su servicio a las órdenes del patrón, por lo que ya se sabía quién era el predestinado para el encargo. Mayor estafa es inconcebible. Cuando he solicitado ver las actas del concurso, la dirección del Museo lo ha prohibido, democracia cultural.

Rafael Moneo, académico de Bellas Artes desde 1997, en el concurso se ajustó estrictamente a las bases, valoraba y respetaba el edificio inicial, el de 1945 catalogado, no rebasaba alineaciones, no creaba impactos paisajísticos y no destrozaba el espacio Arriaga. En definitiva, un proyecto culto reconocido por la mayoría de profesionales de la arquitectura, las bellas artes y la cultura de pensamiento libre, e ignorado por el sanedrín político adecuadamente instrumentalizado por los responsable de esta catástrofe. Moneo está profundamente decepcionado por dicha resolución y con enorme educación no rebatió la injusta e ilegal decisión de regalar el premio y encargo a Foster &Partners.

En una entrevista sobre su trayectoria del periódico El Mundo (18/10/2020) declaró: "Quizá decepciones, como la de no haber ganado el proyecto de la ampliación del Museo de Bellas Artes de Bilbao. Eso ha sido un traspiés grande, pero volvería a presentar el mismo trabajo". Despreciar este proyecto es un atentado cultural que tiene sus culpables, desde el jurado y el Colegio de Arquitectos hasta el Departamento de Cultura Gobierno Vasco.

El autor es arquitecto, validado por Rafael Moneo en la ETSA Barcelona el 6 de marzo de 1978

Un abrazo entre la arquitectura contemporánea y la ciudad que durante muchos años estuvo esperando este gesto y gesta de

un genio creador, Rafael Moneo